Bogotá (AFP). El capo colombiano del narcotráfico Javier Calle Serna se entregó el viernes en la isla de Aruba (Antillas holandesas) a la agencia antidrogas estadounidense (DEA) después de meses de negociación, anunció el lunes la Policía colombiana.
"El viernes pasado en Aruba (Calle Serna) se entrega a la DEA y de allí fue trasladado a Nueva York donde tiene un requerimiento judicial", dijo el subdirector de la Policía Nacional, José Roberto León, en rueda de prensa convocada en Bogotá.
Calle Serna, conocido también con el alias de 'El Doctor', y su hermano Luis Enrique formaban un clan que se conoce como 'Los Comba' (combatientes) y eran considerados los jefes máximos de Los Rastrojos, uno de los principales grupos narcotraficantes colombianos con nexos en México y Ecuador.
En Nueva York, Calle Serna será procesado por concierto para importar y distribuir narcóticos, informó la Policía colombiana.
Una corte federal de Brooklyn acusó el año pasado a Calle Serna de liderar a Los Rastrojos, organización a la que señaló de haber enviado, en coordinación con cárteles mexicanos, cargamentos de varias toneladas de cocaína a Estados Unidos vía México, Venezuela y otros países de Centro y Suramérica, informó la DEA.
Desde 2011 también fueron congelados los bienes atribuidos a Calle Serna en Estados Unidos.
El jefe policial señaló que las negociaciones de Calle Serna con la DEA se desarrollaron por varios meses y fueron producto del cerco al que le sometió la policía en Colombia.
León dijo no conocer los detalles de la entrega pero apuntó que en estos casos los delincuentes suelen informar sobre los integrantes de su organización y las rutas para el narcotráfico.
También consideró "probable" que en la negociación de Calle Serna "esté involucrado" su hermano menor Luis Enrique, prófugo de la justicia.
Este tipo de negociaciones han levantado suspicacias en el gobierno colombiano por recientes acuerdos entre la justicia estadounidense y narcotraficantes colombianos que han derivado en penas de prisión consideradas demasiado cortas.
El ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, viajó a Washington el mes pasado para trasladar su preocupación por el asunto al Departamento de Estado.
Este lunes Esguerra señaló que el gobierno estadounidense se comprometió a que, si Calle Serna es condenado, lo retornará después a Colombia para que afronte a la justicia de este país. Colombia lo requiere por varios delitos, entre ellos concierto para delinquir.
"La posición de Estados Unidos es muy cómoda y muy peligrosa", advirtió Daniel Mejía, director del Centro de Estudios sobre Drogas y Seguridad de la privada Universidad de los Andes de Bogotá.
"Si obligan a Colombia a una guerra contra las drogas y aquí están las pérdidas materiales y humanas, personas que han asesinado tanto no pueden pagar penas irrisorias en Estados Unidos y después quedarse allí con capitales limpios", afirmó.
El pasado marzo, uno de los cabecillas del extinto cártel de Cali, Phanor Arizabaleta, regresó a Colombia ocho meses después de haber sido extraditado a Estados Unidos, si bien en este caso fue detenido a su llegada a Bogotá.
Colombia, primer productor mundial de cocaína y que en las décadas de los 80 y 90 sufrió la acción de grandes carteles del narcotráfico, ha logrado sin embargo reducir la actividad de esas organizaciones en los últimos años.
Para Mejía, en la peor época "Colombia no era capaz de realizar un proceso judicial a un gran narcotraficante pero ahora ya está preparada. Tiene sistemas judiciales y cárceles de alta seguridad muy sofisticados".
Javier Antonio Calle Serna, de 43 años, se convirtió a partir de 2008 en el máximo jefe de Los Rastrojos, una de las cuatro principales bandas criminales colombianas herederas de las organizaciones paramilitares, desmovilizadas en la década pasada.
Junto con Daniel "El Loco" Barrera, era uno de los narcotraficantes más buscados de Colombia.
Otro hermano Calle Serna, Juan Carlos, fue capturado en marzo en Ecuador, desde donde coordinaba envíos de droga hacia México y Europa, informó entonces la Policía colombiana.
Los Rastrojos también fueron acusados de proteger al costarricense Alejandro Jiménez (alias Palidejo), quien fue detenido en marzo en Colombia por el asesinato del trovador argentino Facundo Cabral el año pasado.