Según argumenta este eminente científico en “The Grand Design” (El gran diseño), coescrito con el físico norteamericano Leonard Mlodinow y que llegará a las librerías el 9 de septiembre, el Big Bang fue “una consecuencia inevitable” de las leyes de la física.
“Dado que existe una ley como la de la gravedad, el universo puede crearse y se crea a partir de nada. La creación espontánea es la razón por la que hay algo en lugar de nada, de por qué existe el universo y de por qué existimos nosotros”, escribe Hawking.
“No es necesario invocar a Dios para encender la mecha y poner en marcha el universo”, agrega.
Esta posición representa, según el Times, una evolución con respecto a lo que el científico británico de 68 años había escrito anteriormente sobre el tema.
En su “Historia del tiempo” (1988), uno de los grandes best-sellers de la literatura científica, Hawking sugería que no existía incompatibilidad entre la noción de Dios en tanto que creador y una comprensión científica del universo.
Hawking elabora su teoría a partir del descubrimiento en 1992 de un planeta que gira alrededor de una estrella que no es el sol.
Hawking, que padece una grave enfermedad degenerativa que le obliga a moverse en silla de ruedas y a comunicarse a través de un ordenador, abandonó el año pasado la prestigiosa Cátedra Lucasiana de Matemáticas de la Universidad de Cambridge que ocupaba desde 1979.