La incertidumbre suele ser un terreno fangoso para montar una campaña política, pero ningún grupo quiere perder tiempo.
Activistas de los derechos de los homosexuales y organizaciones contrarias al reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo están dando los primeros pasos en la organización de una campaña hacia un posible referendo, previsto para el 5 de diciembre.
Los grupos favorables a las uniones homosexuales trabajan en dos frentes. Uno, evitar que se materialice el referendo por considerarlo discriminatorio. El segundo frente si el anterior no se logra es encaminar estrategias electorales, sobre todo en comunicación.
El Observatorio Ciudadano es el promotor del referendo, confiado en que la mayoría popular pueda frenar un proyecto de ley que, en su criterio, compromete el concepto tradicional de la familia.
El Observatorio apuesta a que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) le valide todas las firmas que recogieron para pedir el referendo, con el apoyo de organizaciones religiosas. Solo después podría convocarse el referendo.
El TSE, por su parte, espera con algo de impaciencia que la Sala Constitucional resuelva un recurso de amparo que podría traerse abajo cualquier posibilidad de referendo. El Tribunal también tiene que organizarse.
Grupos variados siguen los trámites con atención, pero sin cruzarse de brazos.
“Por el momento, todo son planes a futuro, pero ya nos estamos enfocando en campañas con un lenguaje más accesible para que la población entienda el mensaje de defensa de la familia como elemento natural de la sociedad”, dijo la abogada Alexandra Loría, del Observatorio.
Entre las consideraciones están las fuentes de financiamiento y el apoyo difusor que puedan dar las diócesis católicas y otros grupos religiosos agrupados en la Alianza Evangélica, informó Loría.
“Ellos y los obispos son una base importante. Espero que sigan el ejemplo de Benedicto XVI, que den un mensaje claro en comunión con Roma, como debería ser”, agregó.
Entre los opuestos al referendo y, por tanto, favorables a las uniones civiles homosexuales, hay varios grupos, aunque no precisamente sintonizados.
“No estamos en total sintonía, pero nunca un movimiento social lo ha estado. Eso no es preocupante. Lo importante es trabajar sin afectarnos o contradecirnos. Eso sí que sería fatal”, manifestó Abelardo Araya, dirigente del Movimiento Diversidad.
Hay otros grupos conocidos por defender los derechos de la población homosexual, pero no parecen suficientes y hay algunos nuevos, como Ciudadanía por los Derechos Humanos, que congrega a unos 40 activistas de toda edad y preferencias sexuales.
“Trabajamos en diseñar una estrategia para hacer hincapié en que la unión civil no es un matrimonio. son campañas focalizadas y generales que hay que hacer con referendo o sin él.
También buscamos contactos internacionales, porque al final esto es una lucha en muchos países del mundo”.