Buenos Aires, 13 may (EFE).- Organizaciones no gubernamentales de Latinoamérica renovaron hoy su compromiso en defensa de las ballenas, en respuesta a la creciente presión de los países balleneros para levantar la prohibición a la caza de estos cetáceos.
Las agrupaciones, que deliberaron hoy en la capital argentina, reclamaron a los países que están a favor de la conservación y uso no letal de las ballenas que participen activamente en la Comisión Ballenera Internacional (CBI), único organismo mundial encargado de la regulación de la captura de ballenas.
En 1992, la CBI fue el órgano que dispuso una moratoria a la veda de la cacería comercial de ballenas, medida que afectó principalmente a Japón y Noruega.
Las agrupaciones que se dieron cita en Buenos Aires forman el Grupo de Trabajo de Mamíferos Marinos de América del Sur (SAWMG), creado el año pasado por iniciativa del Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, siglas en ingles), una de las mayores organizaciones dedicadas a la protección de la fauna silvestre en el mundo.
En el SAWMG participan instituciones no gubernamentales de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú y México.
La directora de la oficina latinoamericana del IFAW, Beatriz Bugeda, destacó durante la reunión "la importancia del voto conservacionista de los países latinoamericanos" durante la próxima cita de la Comisión Ballenera Internacional, que se celebrará en julio próximo en Sorrento (Italia).
Bugeda agregó que las alianzas entre organizaciones no gubernamentales de la región son fundamentales para consolidar la postura conservacionista que apoya el uso no letal de los cetáceos.
Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Perú planean crear un "corredor ecológico" para la protección de las ballenas, similar al que existe en Ecuador.
Por su parte, José Truda Palazzo, vice-comisionado de la delegación brasileña ante la CBI y director del Proyecto Ballena Franca, hizo hincapié en la necesidad de considerar a la ballena como un recurso de importancia económica, turística, científica, cultural y social. EFE
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