Entre los niños, 440 fueron concebidos por la técnica IVF, en la que el esperma y el huevo son puestos de manera conjunta en un envase y la fertilización tiene lugar antes de que el embrión resultante sea implantado en el útero. Otros 535 niños nacieron luego de que los espermas de sus padres fueron inyectados directamente en los óvulos de sus madres (técnica ICSI). El resto fue concebido de manera natural
Los niños nacidos por IVF e ICSI necesitaron más hospitalización que los otros, y los fecundados por ICSI necesitaron más cirugía que los concebidos de manera natura. No hubo diferencias en lo relacionado con la inteligencia, habilidades de lenguaje, capacidades motoras o problemas de comportamiento.