EscucharPara curar esta herida no hay salas de emergencias eficientes. Este tajo abiertamente doloroso que es la desesperanza, Nicaragua lo cura hablando de él... y en las tablas.
Un análisis de la desesperanza, del remordimiento y de la culpa que quedó en el alma nicaragüense cuando se perdió La Revolución. Sin mucho adorno por ahí va el fondo de la propuesta del grupo teatral y nicaragüense Justo Rufino Garay, que como invitado al VIII Festival Internacional de las Artes San José 2002 visita por segunda vez la tierra tica con la obra La casa de Rigoberta mira al sur . Una pieza coproducida por los ecuatorianos Arístides Vargas ( Jardín de pulpos y La edad de la ciruela , entre otros) y Rosario Charo Francés, fundadores de uno de los catalogados como vanguardistas grupos de teatro, Malayerba.
"( La casa. ..) aborda la desesperanza del dolor y de la pérdida de los sueños. La pérdida de los ideales, de los amores y de los seres queridos. Lo hemos planteado con un lenguaje contemporáneo: la única manera de curar este dolor es hablar de él", relata a Viva Lucero Millán, directora del Justo Rufino y quien viene también como actriz (Ella) en esta propuesta, que dirigió el mismo Arístides Vargas.
La puesta en escena de La casa. .. es austera. Cuatro actores (Millán, Verónica Castillo, Alicia Irene Pilarte y René Medina), un par de sillas y una mesa es todo lo ponen en el escenario.
Por la experiencia de La Casa... , el Justo Rufino volverá a trabajar con Vargas y Francés. "Estamos planeando otra producción entre diciembre y enero", aseguró Millán. Ella también escribe una obra. Es una adaptación de la novela Dulce compañía , de la colombiana Laura Restrepo. Estrenarán en un mes aproximadamente.
La casa de Rigoberta mirando al sur tendrá su última función hoy a las 8 p. m. en el teatro de La Aduana. Las entradas cuestan entre ¢800 y ¢1.500.
