Echémosle un ojito a la economía de EE. UU. para ver cómo pintan las cosas para los países del sur, incluyendo el ubicado al sur de San Juan (del Sur). Les anticipo que me gusta lo que veo, pero tengo algunas reservas. No le quitemos el ojo.
Tres son los temas puntuales a rescatar: el impasse entre republicanos y demócratas sobre la reducción del déficit fiscal y deuda acumulada; el sorprendente auge de las bolsas de valores, particularmente del índice Dow Jones, que alcanzó un nuevo récord la semana pasada, y la reducción del desempleo. Los tres se relacionan.
El primero es un viejo tema: demócratas no quieren cortar gastos, sólo subir impuestos, en especial a los ricos; los republicanos suspiran al revés: menos gastos, que favorecen a veces a los ricos, y cero impuestos. Lo nuevo es que el impasse devino en una reducción arbitraria de gastos impuesta por la ley, y un aumento de tributos. Obama había predicho una catástrofe si eso sucedía. Pero nada pasó, al menos por ahora. Las bolsas reaccionaron favorablemente como diciendo que era hora de actuar en gastos e impuestos, y que los puestos públicos por perder serían compensados con creces por el sector privado. El mercado mandó el mensaje a su modo. Eso me lleva al segundo tema.
La semana en que entró en vigencia el recorte automático de gastos y aumento de impuestos, el Dow Jones experimentó el mayor incremento de los últimos años (0,41%) para llevarlo al nivel más alto después de la crisis: 14,395 puntos. Semejante euforia no se veía desde 2007. ¿Por qué? He hurgado en los medios especializados y apuntan a varios factores, incluyendo el tercero de los temas mencionados: el desempleo bajó a 7,7% de la fuerza laboral por un aumento del empleo mayor del esperado. En vez de 160.000 plazas se crearon 236.000 en febrero, todos en el sector privado. El Gobierno, en cambio, recortó 10.000 puestos. Ahí lo esencial del mensaje: apuestan al empleo en el sector privado en vez del público.
Ahora voy con las reservas. Mientras que unos celebran la política monetaria expansiva de la FED y su obsesión por rebajar las tasas de interés de largo plazo, particularmente en bonos, para inducir la inversión en acciones de las bolsas de valores, yo temo que se podría eventualmente generar otra burbuja similar a la de la primera década de este siglo, que desembocó en la crisis económica del 2008 por la política monetaria expansiva. Me preocupa que las acciones de las empresas se puedan eventualmente sobrevalorar y, luego, al desnudar las ganancias, vuelvan a caer abruptamente y nos cojan (literalmente) con los pantalones en el suelo. ¡Ojalá me equivoque!