Antonio Bonfim Lopes 'Nem' Antonio Bonfim Lopes, alias "Nem," walks bent forward as he is escorted handcuffed by police at the federal police headquarters in Rio de Janeiro, Brazil, Thursday Nov. 10, 2011. Antonio Bonfim Lopes, the most-wanted drug gang leader in this Olympic city, was arrested Thursday, police said. The capture is a blow to the gang that controls one of Latin America's biggest slums and the main drug distribution point in Rio. The arrest comes as police say they are preparing for an invasion of the slum as part of a campaign to make the city safer by the time it hosts the 2014 World Cup final matches and the 2016 Olympics. (AP Photo/Felipe Dana) (Felipe Dana)
En todas y cada una de las películas policiales de
En un rincón oscuro de Brasil, algo más terrenal que las cintas de Steven Seagal, Antonio Francisco
“Cuide a los niños y que no falten a clases”, le dijo a su mamá.
Los oficiales establecieron un retén rutinario en una de las salidas de la favela y detuvieron a un vehículo con llantas bajas, sospechando sin ilusión que tal vez había algo pesado en el maletero.
Tras la orden de dirigirse, escoltado, a la estación policial, el vehículo se detuvo y sus ocupantes ofrecieron un soborno de un millón de reales ($568.000) en efectivo para ganar su libertad.
“Se llamó a refuerzos policiales y el vehículo fue inspeccionado: en el maletero estaba
Así termina –o cierra, al menos, el primer tomo– la historia de quien era un tipo promedio que repentinamente pasó de soporífero oficinista de 8 a 5 a narcotraficante de tiempo completo.
Hace diez años,
El hombre, apodado
Con 25 años,
A
Fue entonces cuando se convirtió en el rey. Desde su casa con salón de fiestas, gimnasio y terraza al mar,
El estilo con que
Sin embargo, su faceta de patriarca benefactor se veía ensombrecida por sus ataques de ira. Instauró el “tribunal del tráfico”, que penaba los errores de los narcos de la facción “Amigo de los Amigos” (ADA), la cual lideraba.
Según la gravedad de la infracción, la pena podía ir desde una paliza o un tiro en la mano hasta la muerte en “el microondas” (al sujeto lo inmovilizan dentro de una columna de neumáticos rociada con combustible, que luego se incendiaba).
De hecho,
El cerco alrededor de
En enero del 2010, intentó fingir su propia muerte para escapar de la justicia, encargando su entierro y pagando a un médico para que hiciera una declaración falsa de deceso.
Ese agosto, huyó de un baile en la favela cuando lo encontró la policía e invadió con sus cómplices el hotel Intercontinental de Sao Conrado, donde mantuvo cautivos a 35 rehenes hasta que pudo escapar.
Hace poco más de una semana, frente a la inminente ocupación policial de la favela, ofreció una fiesta de despedida, donde lloró por su futuro y mezcló
Pero quien siembra cosecha. Ahora, el hombre que recorría Río en helicópteros para impresionar a las mujeres ve pasar sus días, sin hijos ni lujos, en una cárcel de Brasil.