Marsella, AFP. El fundador de la empresa de implantes mamarios PIP, Jean-Claude Mas, reconoció hoy a los jueces problemas en su producto, pero sostuvo que no encerraban ningún riesgo para la salud de las mujeres.
“No hice correr riesgos”, dijo Mas, de 73 años, quien fundó y dirigió la firma francesa Poly Implant Prothese (PIP).
El francés es el principal acusado en el proceso por los implantes mamarios defectuosos que comenzó esta semana en Marsella (sur de Francia).
Mas y cuatro directivos de la firma son juzgados por engaño agravado y estafa , tras haber fabricado implantes con un gel de silicona impropio para uso médico.
Todos dieron hoy sus declaraciones ante los jueces.
“El gel PIP no estaba homologado, pero era homologable (...) En nivel de toxicidad es igual que el nusil (gel homologado para uso médico)”, agregó.
Con una total seguridad en sí mismo, Mas explicó que su fórmula procedía de un cirujano plástico, precursor de los implantes en los años 60, con quien él trabajó en los años 80.
Según las autoridades sanitarias francesas, cerca de una cuarta parte de las prótesis retiradas desde que estalló el escándalo eran defectuosas.
Sin embargo, no está demostrado que presenten un riesgo mayor de causar cáncer.
Para determinarlo, un equipo técnico realiza una investigación epidemiológica de 10 años.
En este proceso, 5.250 mujeres, francesas en su mayoría, se declararon demandantes.
Un centenar de ellas escucharon hoy las declaraciones de Mas en la sala de juicio.
En total, se estima que unas 300.000 mujeres en el mundo recibieron esas prótesis adulteradas, de hecho, un 84% de las ventas se realizaron en América Latina en los mejores años de facturación
“Ese tipo merece ir a la cárcel. Actuó como un terrorista, poniendo una bomba de tiempo, una bomba atómica, en nuestros cuerpos”, declaró Surany Arboleda, desde Bogotá, quien porta prótesis PIP.
El proceso judicial continuará el lunes con las declaraciones de los testigos de las víctimas; seguirán los testigos de la defensa de los acusado y, luego, los informes de los peritos.
Hoy, entre el centenar de demandantes que seguían el juicio, era perceptible un cierto sentimiento de alivio.
Isabelle Traeger se declaró “calmada”.
El señor Mas “no esconde nada”, dijo Traeger, enfermera de 56 años de edad, declarándose convencida de que será condenado “aunque no reconozca todavía” que su gel “es un veneno”.
Paralelamente a este proceso, otros dos procedimientos judiciales están en curso en Francia por el escándalo PIP: uno por heridas y homicidio involuntarios y otro sobre los flujos financieros generados por el fraude, además, del patrimonio de los directivos de la empresa antes y después de la declaración de quiebra.
Más allá de este primer proceso, y de las cinco inculpaciones, los defensores de las víctimas tratan de establecer otras responsabilidades del lado de la empresa de control alemana TÜV, de los proveedores de siliconas de PIP o de la agencia francesa de seguridad de los productos de salud.