Muy emocionada y nerviosa, así es como está la coreógrafa Nandayure Harley , de 62 años, a pocos días de presentar, de nuevo, su espectáculo Bailar por siempre, en el Teatro Nacional .
La obra, que se vio por primera vez el año pasado, llegará a las tablas este domingo. Con esta pieza se le dará punto final a la XXX edición del Festival de Coreógrafos Graciela Moreno , que se realiza desde ayer en ese recinto .
Harley es la homenajeada de esta actividad por sus casi 40 años de carrera, su experiencia sobre las tablas y su forma de vivir la danza.
En una entrevista con Viva , ella habló sobre el reconocimiento, explicó la coreografía y mencionó el lugar tan importante que tiene la danza en su vida.
Tiene 40 años de estar metida en este gremio, ¿cómo podría resumir su carrera?
(Piensa) ¡Qué difícil! No sé, ha tenido de todo. Si algo puedo decir es que estos años han estado cargados de aprendizaje, de mejoramiento, de superación. Ha sido... (piensa) ¡un magnífico tiempo!
¿Cuál papel tiene la danza en su vida?
Es mi tabla de salvación, mi vida, mi relación con el mundo, mi posibilidad de conocerme mejor, mi forma de expresarme, mi felicidad, mi plenitud. Pero, también es mi forma de sufrir.
¿Su tabla de salvación?
¡Claro! Gracias a esto, he tenido la oportunidad de trabajar con grandes personajes del gremio. Además, insisto, gracias a esto tengo mi propia escuela (Compañía Nandayure Harley-Fito Guevara) y ahí he podido darle clases a alumnos brillantes e ingeniosos, quienes también me han enseñado a mí sobre la danza.
Pero, también mencionó que es su manera de sufrir. ¿Por qué?
Porque hay veces en la que uno siente mucha impotencia al no poder desenvolverse bien en el escenario, pero, sobre todo, porque me ha traído momentos difíciles de salud, como, por ejemplo, mi lesión en la columna vertebral.
De hecho se tuvo que operar.
Así es, hace cinco meses fui a dar al quirófano. Ahora estoy en terapia y me ha ido muy bien, gracias a Dios. Antes de bailar, hago mucho calentamiento para evitar otra lesión.
Movimiento. ¿Cómo nació la pieza Bailar por siempre ?
Fue luego de participar en un conversatorio, llamado El cuerpo del bailarín contado desde su historia de vida , que tuve el año pasado. Durante esa charla, yo me puse a reflexionar sobre la profesión de nosotros y me di cuenta que era un tema muy interesante. Luego de esa experiencia, empecé a ver cómo podía llevar la historia de los bailarines a las tablas.
¿Qué es precisamente lo que cuenta en este trabajo?
Es algo muy variado: expongo que el instrumento del bailarín es el cuerpo, lo que los bailarines cargamos en los bolsos, los nervios que sentimos antes de una presentación, el sufrimiento que nos da cuando la piel se nos hace flácida y la impotencia cuando nos lesionamos.
”Además, habrá una escena en la que Fito Guevara (coreógrafo) me agrede con la palabra. En síntesis, voy a explicar qué significa ser bailarín”.
Usted quiso presentarla, de nuevo, en el programa Julio creativo , del Teatro Nacional.
Sí, pero me la rechazaron. Ahora me enteré la razón de esa decisión: desde ese momento, Adriana Collado (directora del TN) quería que bailará la coreografía en este festival y no allí.
¿Cómo le cayó la noticia del homenaje?
Mirá, los reconocimientos nunca estorban, no hacen daño, más bien, lo enaltecen. Este, en especial, me da la vitalidad para seguir trabajando.
Aquí se aplica el dicho que dice que al final todo esfuerzo siempre vale la pena.
En definitiva, solo es cuestión de hacer un esfuerzo verdadero para empezar a ver los frutos. No todo ha sido fácil para mí, pero eso hace que el éxito sea más satisfactorio.
Y, la pregunta obligatoria: ¿Aún hay Nandayure para rato?
¡Claro! Esto es mi vida y no podría dejarlo así tan fácil. Yo sigo con la mismas ganas de trabajar que cuando empecé.