En el árbol de la evolución humana tenemos claro que una especie del género Australopithecus está detrás del género Homo, al cual pertenecemos los Homo sapiens; pero, ¿cuál de las varias especies conocidas de Australopithecus tiene el honor de ser ese vínculo?
Un grupo de científicos presentó ayer un amplio estudio en que describe al que calificaron como el “mejor de los candidatos”: el Australopithecus sediba, una especie dada a conocer al mundo apenas el año pasado.
Encabezados por Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica), estos expertos analizaron con detalle los fósiles de varios individuos de esta especie de Australopithecus –que datan de hace 1,97 millones de años– y descubrieron que tienen características tanto de ese género como algunas de los Homo.
De hecho, explican en una serie de cinco artículos publicados en la edición más reciente de la revista Science, si no hubieran encontrado los huesos juntos, hubieran pensado que se trataba de especies distintas.
Científicos que no participaron en el estudio expresaron sus dudas sobre estas conclusiones.
El anuncio del descubrimiento de esta nueva especie se había hecho en abril del 2010.
Ahora, habiendo dado acceso a los fósiles a otros científicos y utilizando técnicas complejas para datarlos y analizarlos, Berger y su equipo concluyeron que los huesos son de individuos que vivieron hace 1,97 millones de años.
Este dato es importante porque los primeros fósiles del género Homo datan de hace 2,3 millones de años.
Al mismo tiempo, hasta ahora era el Au. afarensis (cuyo fósil Lucy es mundialmente famoso) a quien se consideraba el mejor candidato para ser ancestro de los humanos. Lucy vivió hace unos 3,2 millones de años.
¿Viene este descubrimiento a clarificar qué hubo entre Lucy y los primeros Homo? No, pues son varias las posibilidades que el Au. sediba deja en el aire. Por ejemplo, el Au. sediba podría descender del Au. africanus y haber generado los Homo, pero también podría ser una especie que no dio origen a nada conocido hasta ahora. Es más, los científicos no descartan que haya existido un ancestro común entre los Homo y el Au. sediba que una a ambos con los Au. africanus.
El paleoantropólogo Fred Spoor de la Univerity College London, quien no participó en el estudio, cree que debido a la edad relativamente reciente de los fósiles el Au. sediba no puede ser antecesor de los Homo. Su colega de la Stony Brook University (Nueva York, EE. UU.) cree que los fósiles descubiertos siguen mostrando a un Australopithecus y no un animal que sea vínculo con los Homo.
“No estamos diciendo que este es nuestro ancestro directo, pero si comienza a sopesar todo, verá que termina como el más probable ancestro”, defendió Berger.
El Au. sediba tuvo características primitivas y rasgos más modernos y pone en duda algunas teorías como, por ejemplo, que las pelvis evolucionaron debido al agrandamiento de los cerebros.
Los pies y tobillos muestran que trepó árboles, al tiempo que practicó una forma única de bipedismo. La articulación del tobillo es como la de un humano, pero el tobillo en sí y la espinilla parecen de simio.