El acuerdo de Cancún, al que se llegó la madrugada del 11 de diciembre pasado, pide a los países objetivos de reducción de emisiones así como la construcción de un sistema compatible que permita el control de esas metas.
Según un comunicado de prensa de la secretaría de la convención, si todos los objetivos y acciones se implementan completamente, solamente se alcanzaría el 60% de la reducción de emisiones contaminantes necesarias para evitar un aumento de temperatura mayor a 2 grados centígrados.
Esto implica que no está garantizado que las personas que viven en las zonas más vulnerables ante este fenómeno puedan sobrevivir.
“Todos los países, pero especialmente las naciones industrializadas, necesitan aumentar sus esfuerzos en la reducción de emisiones y hacerlo rápido”, dijo Figueres.
El acuerdo de Cancún también incluye un gran paquete de ayuda para que los países desarrollados ayuden a los subdesarrollados a mitigar los efectos del cambio climático y reducir sus emisiones, en cuenta nuevas instituciones, fondos y transferencia de tecnología.
“Estas instituciones deben ser lanzadas rápidamente y luego inyectadas con fondos. Millones de personas pobres y vulnerables han estado esperando por años para obtener el nivel de asistencia que necesitan. Las naciones industrializadas pronto tendrán una estructura clara en la cual podrán colocar los fondos que han prometido”, comentó Figueres.
La funcionaria dijo que espera ver decisiones rápidas en el nombramiento de la directiva del nuevo Fondo Verde y del Comité de Transferencia Tecnológica.