Una carta en apariencia amistosa del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, llegó ayer a las 5:30 p. m. a manos de Laura Chinchilla. Le pidió reunirse el martes, pero ella no necesitó más de dos horas para sentarse y escribirle una respuesta de dos folios a su “enemigo”, como lo ha llamado.
Él le propuso juntarse en algún punto de la frontera (“donde usted indique”) para recibir el dictamen de la Corte de La Haya sobre el conflicto de isla Calero.
Ella, con apenas diplomacia y con algunas ironías, le contestó que no accede a su iniciativa y le pidió “una conducta consecuente con sus palabras”.
El intercambio de mensajes ocurrió tres días antes de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) decida si acoge las medidas cautelares pedidas por Costa Rica para detener la presencia nicaraguense en suelo tico aledaño a isla Calero, según la demanda presentada en noviembre.
Tras felicitar a Chinchilla por el Día de la Mujer este martes 8, Ortega aseguró que acatará el fallo de la CIJ. Chinchilla le agradeció que, “tras varios días de guardar silencio, haya al fin declarado” respeto para el organismo con sede en La Haya, Holanda.
A media carta, el Presidente de Nicaragua le propuso juntarse para esperar “con serenidad y compromiso” el dictamen del máximo organismo jurídico en el mundo.
Chinchilla le contestó que prefiere quedarse en San José, pero aprovechó para criticar de manera indirecta el estilo del gobierno de Ortega en Managua.
“Lo haré junto a mi pueblo, que me eligió libremente, y al que debo rendir cuentas cada día con transparencia y serenidad, como corresponde en toda democracia”, expresó la Presidenta. Cinco párrafos antes ya le había recalcado que ella es Presidenta “libremente elegida”.
Él propuso invitar autoridades de Guatemala y México al encuentro de este martes; ella le recordó que él no quiso recibir a los cancilleres de ambos países ni a una delegación del Parlamento Europeo interesados en conversar sobre el conflicto en torno a la presencia de militares nicaraguenses en alrededores de isla Calero, en Pococí.
Sobre la crítica de Ortega al “aliento a la xenofobia” en Costa Rica que motivó el reforzamiento de la seguridad en sedes diplomáticas para este martes, la Presidenta respondió que esa decisión es parte de las “obligaciones que tenemos como gobierno responsable y respetuoso de los compromisos internacionales”.
“Lamento, pero no me sorprende, que usted haya tergiversado ese mensaje (el reforzamiento de la seguridad)”, añadió Chinchilla en la carta, cuya copia fue distribuida a la prensa ayer a las 7:40 p. m., sobre el conflicto que ya cumplió cuatro meses y medio.
Hasta la despedida fue distinta. “La saludo, con el espíritu de Hermandad Centro-americana, que unió a nuestros Próceres en Gestas Históricas que afianzaron, Independencia, Libertad y Soberanía de nuestros Pueblos”, escribió Ortega antes de firmar con tinta roja.
Chinchilla decidió escribirle en otro tono: “Espero que a futuro su conducta sea consecuente con las palabras de su carta. Si es así, señor Presidente, podremos reunirnos sin dobleces ni afanes manipuladores”.