Brasilia (AFP). El gobierno brasileño conmemoró la adhesión de Uruguay a la norma japonesa de televisión digital -revirtiendo su opción inicial por el modelo europeo- y consideró que esa decisión consolida esa opción como mayoritaria en América Latina.
Uruguay había adoptado el modelo europeo, pero el lunes anunció una reversión de la decisión para adoptar la llamada norma nipo-brasileña (ISDB-T), que es la opción japonesa con adaptaciones en Brasil, y que los brasileños, fuertes productores de aparatos de televisión, video y otros, se han empeñado en impulsar en la región.
La decisión de Uruguay "consolida el ISDB-T como norma predominante en América Latina", expresó el Ministerio de Comunicaciones en una nota.
El secretario de Telecomunicaciones, Roberto Pinto Martins, destacó "el potencial que representa una mayor integración regional favorecida por la adopción de una misma norma para la TV digital abierta, libre y gratuita".
Diez países de la región ya anunciaron que adoptaron o adoptarán el modelo nipo-brasileño: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela, informó el ministerio brasileño a la AFP.
"La idea es que el modelo sea un instrumento de aproximación entre los países, permitiendo la cooperación para desarrollar tecnologías y promoviendo una mayor aproximación cultural", expresa la nota del gobierno brasileño.
Brasil sigue su campaña por ampliar el número de países adheridos a esta norma. "Surinam, Guyana, Nicaragua, Honduras y Guatemala también estudian" adoptar el modelo, dijo el ministerio.
Y también ha recurrido a África, donde afirma que "hay conversaciones avanzadas con Angola, Mozambique y Botsuana".
En la región, Colombia optó por el modelo europeo y México por el de su vecino estadounidense, aunque esto último aún no se ha formalizado.
Brasil se debatió durante años entre esos tres modelos: estadounidense, europeo y japonés, y optó por el último en 2006.
Uno de los aspectos que interesa a Brasil es una escala de mercado que garantice precios asequibles. Otro objetivo es desarrollar la interactividad para servicios públicos de educación a distancia, salud e inclusión digital.
Fuera de América Latina, el modelo tiene adhesión en Filipinas.