WASHINGTON (AFP) El envío de remesas a América Latina desde Estados Unidos se vio afectado desde 2007 mucho más por las crecientes campañas contra los inmigrantes que por la crisis que afecta a la primera economía mundial, reveló este miércoles una encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
"Muchos de ustedes me oyeron referirme en el pasado al flujo de remesas como un río de oro, pero esta encuesta indica claramente que ahora podríamos estar viendo un mar de lágrimas", afirmó el analista Sergio Bendixen, al presentar a la prensa un nuevo informe del BID.
Según la encuesta, sólo la mitad de los inmigrantes interrogados dijo que seguía enviando dinero a sus familiares, un 73% menos que en 2006, aunque el monto total se mantuvo estable a 45.900 millones de dólares, debido al aumento del número de inmigrantes en Estados Unidos.
"Los resultados de este estudio indican claramente que no es la situación económica la que ha causado este bajón", dijo Bendixen, al explicar los motivos del brutal frenazo del "formidable" crecimiento que registraron las remesas desde Estados Unidos, desde que el BID inició este tipo de sondeo ocho años atrás.
"Es el ambiente antiinmigrante que existe en Estados Unidos que ha causado que mucha gente ahora tenga miedo, que no sepa lo que va a suceder en los próximos meses. Eso es lo que está contribuyendo a que la gente no mande remesas", aseguró. "Están guardando ese dinero".
"Se sienten muy mal, porque están al tanto de lo que están sufriendo sus familias. Algunas ni pueden comer tres veces al día porque no reciben las remesas y sienten que están haciendo gran daño a esas familias que contaban con ese dinero", lamentó.
El analista puso de relieve las dudas con las que viven a diario los inmigrantes: "no tienen otra alternativa porque piensan que en un par de meses quizás tengan que mudarse, pierdan su trabajo, pierdan su departamento, tengan que volver a su país", declaró.
Según la encuesta, la amplia mayoría de los inmigrantes considera "la discriminación un problema mayor en Estados Unidos", tanto los indocumentados (72%), como los residentes legales (66%) y hasta los que lograron la ciudadanía estadounidense (61%).
"La foto que tenemos de este momento no es muy linda", admitió Donald Terry, el gerente general del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID, al destacar que 75% de las remesas recibidas en América Latina proceden de Estados Unidos.
El responsable del Banco lanzó asimismo un llamado a los norteamericanos para moderar el tono anti-inmigrante: "Si uno está a favor del crecimiento estadounidense, a favor de la economía estadounidense, entonces uno debe ser favorable a la inmigración", dijo.
El ambiente antiinmigrante en Estados Unidos aumentó tras las marchas multitudinarias de hace dos años a favor de la regularización de los indocumentados, mediante medidas tomadas por varios estados y ciudades, así como por la multiplicación de las redadas y deportaciones.
En los dos últimos años, el sector más radical del Partido Republicano impidió asimismo la aprobación por parte del Congreso de dos proyectos de reforma migratoria que habrían abierto la puerta a la regularización de millones de indocumentados.
Entre los 5.000 inmigrantes entrevistados por el BID en todos los estados del país, con un margen de error de 1,4%, un 47% era de indocumentados, 32% era de residentes legales y 21% tenía pasaporte estadounidense.
© 2008 AFP