Según datos del Ministerio de Salud, este padecimiento afecta cerca del 37,8% de los costarricenses y representa una de las enfermedades que generan mayores costos individuales y sociales en los servicios de atención de la salud.
En el marco del Día Mundial de la Salud, a celebrarse mañana y que este año está dedicado a la prevención de esta enfermedad, la ministra de Salud, Daisy Corrales, hizo un llamado a la población a abordar el tema de una manera “multisectorial”.
Las personas con este padecimiento tienen un mayor riesgo de infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal.
De no ser controlado a tiempo puede causar ceguera, irregularidades del ritmo cardiaco y fallo cardiaco.
Según Corrales, parte de la iniciativa incluye planes como el de Seguridad Alimentaria, Plan Nacional de Actividad Física y Salud y el reglamento de sodas escolares y pretende “modificar hábitos incorrectos y conductas nocivas como el fumado, el alcohol y las drogas, combatir el sedentarismos, promocionar la actividad física frecuente, aumentar el consumo regular de frutas y vegetales, así como la disminución del consumo de alimentos altos en grasas, sal y azúcar, entre otros”.
Precisamente, los especialistas recomiendan reducir el riesgo de hipertensión consumiendo menos sal, manteniendo una dieta balanceada y saludable, haciendo actividad física regularmente, evitando el uso de tabaco y el consumo nocivo de alcohol.