Un niño leñador llamado Ivick aparece junto a un cerdo rosado en los dibujos animados de la televisión en China, Japón, Finlandia y Portugal. Ambos protagonizan la serie Ivick von Salza, creada por el estudio costarricense Rocket Cartoons y que logró trascender las fronteras del territorio nacional.
Este es solo uno de los productos animados hechos en el país y que se presentó, con otros seis estudios, el mes pasado en el KidScreen Summit 2013 en Nueva York, un encuentro que reunió a los principales nombres de la industria de la animación infantil en el mundo, como Nickelodeon, Cartoon Network y Disney Channel.
Esos esfuerzos forman parte de una industria nacional que poco a poco se abre paso en el mercado externo. Ya desde los años 70 se hacía animación en Costa Rica, pero este sector empezó a crecer a partir de los años 90, y de forma más rápida en la última década.
La industria local se dedica a elaborar tanto productos como servicios. Por un lado están los estudios que realizan animación para publicidad o comerciales de televisión ( outsourcing ); por otro, aquellos estudios que producen contenido audiovisual propio como es el caso de las series.
Sin embargo, los servicios de publicidad pasan a segundo plano. En el 2012, el país exportó ¢28,1 millones solo en publicidad interactiva y audiovisual. Esto representó una caída de 40% en comparación con el 2011, según el Banco Central.
Los estudios. Los nombres de los estudios se cuentan con los dedos de las manos. Morpho , Rocket Cartoons , Quinema , Figueroa Producciones , Estudio Flex , Marte y Space Dog , son los principales participantes que integran el sector.
La mayoría se consolidó en la última década, excepto Figueroa Producciones, que está desde 1982.
En común tienen como característica que carecen de una planilla fija pues contratan por proyectos. Además, concuerdan en que la formación académica pasa a segundo plano al contratar y más bien buscan gente con habilidades en el área. Hay profesionales de diseño gráfico, producción audiovisual, ingeniería en sistemas, bellas artes y algunos graduados en animación de la Universidad Véritas.
Mercado fuera. La mayoría de los estudios se ha planteado como meta producir para vender fuera. “Se apunta al mercado internacional porque el local no es capaz de solventar los costos de producción en lo que se refiere a venta y distribución de series animadas”, comentó Daniel Rojas, de Rocket Cartoons.
Esto se debe a que los precios de los productos para televisión varían en relación con la audiencia, por lo que en EE. UU., al tener más televidentes potenciales, se paga mejor que en Costa Rica, un país con una menor población.
Al respecto, Gustavo Madrigal de Morpho, comentó que el mercado local es tan pequeño que se vuelve inexistente. “Producir solo para Centroamérica no es factible y animar para Latinoamérica apenas empieza a serlo. Es un proceso muy intensivo en la labor manual y con costos importantes”, dijo.
Es por esto que los estudios que han logrado vender sus productos en el exterior lo han hecho a países de Norteamérica, Asia y Europa.
Los costos de producción son variables y se ven afectados por aspectos como la cantidad de minutos, el doblaje, la música, el tipo de animación, los programas que se utilicen y la mano de obra, entre otros. Así, un capítulo de dos minutos, puede llegar a costar entre $20.000 y $30.000, según Carlos Figueroa.
Camino difícil. Una de las principales dificultades que enfrenta esta industria es la falta de una verdadera ventaja comparativa. “El problema es que Costa Rica no brinda ningún tipo de incentivo fiscal ni financiamientos, pese a que la marca país está muy bien”, explicó Alejandro Céspedes de Quinema.
Figueroa agregó que otro de los obstáculos es que la ley que regula la banca no permite que se garantice un préstamo con un intangible, como es el caso de un contrato. “Por ejemplo, si yo llego al banco con un contrato de Pixar para hacer 52 capítulos, ellos no aceptan ese papel como garantía”.
Sin embargo, Daniel Rojas resaltó que “aunque no competimos por precio, lo hacemos por calidad, acá hay gran capacidad técnica y creativa”.