Atención, hombres: una dieta que incluya buena cantidad de tomate y soya puede ser su mejor aliado para prevenir el cáncer de próstata. Al menos así lo sugiere un estudio realizado con ratones de laboratorio.
La próstata es un órgano que tienen los hombres, del tamaño de una nuez y situado debajo de la vejiga y delante del recto. Produce un líquido que forma parte del semen.
El cáncer de próstata es el segundo tipo de cáncer más frecuentemente diagnosticado en los hombres en todo el mundo, superado solo por el cáncer de pulmón.
Según datos de la Caja Costarricense de Seguro Social, el cáncer de próstata se ubica en nuestro país como el tumor diagnosticado con más frecuencia entre los hombres.
Es una enfermedad más común en hombres de edad avanzada y poco común en los menores de 40 años.
Sin embargo, en países asiáticos, donde por tradición se consumen muchos productos de soya, el cáncer de próstata ocurre menos; mientras que al licopeno –la sustancia que da el color rojo a los tomates, entre otras frutas y verduras– se le conoce su propiedad de proteger contra las enfermedades cardiovasculares, el cáncer de mama y el de próstata.
Conociendo todo eso, surge la pregunta: ¿puede una dieta alta en tomate y soya prevenir el cáncer de próstata?
Para contestar la pregunta, John Erdman, profesor de Ciencias de los Alimentos y Nutrición de la Universidad de Illinois (Estados unidos), empleó ratones genéticamente ya modificados para desarrollar una forma agresiva de cáncer de próstata.
Los pequeños roedores fueron divididos en cuatro grupos. A partir de las cuatro semanas de edad y hasta las 18 semanas de vida, uno recibió una alimentación que incluía un 10% de polvo de tomate; otro, una dieta con un 2% de germen de soya; el tercero recibió una dieta que incluía tanto el polvo de tomate como el germen de soya; por último, el grupo de control fue alimentado sin tomate ni soya.
El resultado se publicó en la revista Cancer Prevention Research y fue el esperado.
En el grupo de ratones que comieron tomate y soya, solo el 45% de los animales desarrollaron cáncer de próstata, mientras que, en los que comieron solo la dieta con tomate, el 61% desarrolló la enfermedad. El 66% presentó cáncer de próstata en los que comieron solo el alimento junto a germen de soya.
Según los investigadores, los resultados del estudio demuestran la importancia de comer una amplia variedad de frutas y verduras. En este caso específico, para un hombre de unos 55 años, el equivalente de la dieta de los roedores sería consumir dos raciones diarias de productos de soya y unas cuatro raciones de tomate a la semana.
Señores, ya lo saben: comer tomate y soya no le hará daño y quizás lo ayude a evitar un cáncer de próstata.