Santa Cruz, Guanacaste. La iglesia católica de Santa Cruz fue el escenario que escogió el ministro de Justicia, Juan Diego Castro Fernández, para anunciar, ayer, su renuncia a ese cargo.
En medio de una sesión pública del Consejo de Gobierno y ante una nutrida presencia de ciudadanos y periodistas que celebraban allí los 173 años de la anexión del Partido de Nicoya, Castro dijo que su labor culminará el 31 de julio.
"Mi ciclo en este Gobierno ha terminado", manifestó a las 10:30 a.m. el ministro más polémico de la administración Figueres.
Sus palabras, pronunciadas con la elocuencia que caracteriza a este abogado penalista, duraron nueve minutos y tuvieron lugar después del discurso del presidente José María Figueres.
El silencio sepulcral que reinó en el lugar mientras Castro habló fue roto cuando el Mandatario se levantó y se abrazó fuertemente con su cercano colaborador. El público se puso de pie y dio un aplauso estruendoso. Figueres lloró y habló con voz entrecortada por la emoción.
"Me duele porque Juan Diego ha sido un extraordinario colaborador, un ejemplar ministro. Ha sido un baluarte en la lucha contra la corrupción", expresó.
Los dos políticos mantienen una entrañable amistad desde que Castro fue representante legal de Figueres en el juicio contra los hermanos Romero, en 1993, demandados por la publicación del libro sobre el caso Chemise.
¿Y por qué renunció? Para Castro existe solo una razón: "Vuelvo a los estrados judiciales y a la cátedra en la Escuela Libre de Derecho Penal y Criminología, que amo". Agregó que desde un principio le había dicho al Presidente que él posiblemente no iba a terminar los cuatro años de Gobierno.
Sin embargo, en círculos políticos trascendió ayer la versión de que al parecer este funcionario tiene intenciones de ser candidato a diputado y que, por esa razón --se dijo--, se retirará justo seis meses antes de las elecciones presidenciales, el plazo que la Constitución impone a los ministros si tienen aspiraciones políticas. Esta posibilidad fue negada por Castro.
Muy polémico
La renuncia de Castro provocó diversas reacciones en el ambiente político nacional. Hubo desde quienes afirmaron que el anuncio no los tomó por sorpresa hasta quienes destacaron el carácter polémico y criticaron la gestión realizada por quien se convirtió ayer en el ministro número 12 en abandonar el Gabinete de Figueres.
"Creo que fue un error de José María Figueres no haber renovado su Gabinete cuando lo dijo hace un año y solo cambió de posición a Juan Diego, quien no facilitó la relación del Gobierno con la Asamblea Legislativa y la sociedad civil", afirmó Miguel Angel Rodríguez, candidato socialcristiano.
Mientras, José Miguel Corrales, candidato liberacionista, se refirió a este funcionario como una persona "sana y honrada". Incluso, dijo que no ha oído nada sobre la aparente aspiración diputadil de este ministro.
Se le preguntó entonces si él apoyaría a Castro como candidato a diputado. "Ah sí, claro. Es un buen hombre". Empero, cuando se le recordó que este abogado ha sido cuestionado por la compra y el canje de armas con Israel, Corrales dijo: "Eso tiene necesariamente que aclararse. Mientras no se aclare, no".
No en vano el titular de Justicia es considerado un ministro polémico. Una prueba fue el desfile de policías de Seguridad Pública con el que marchó --cuando era el titular de esa cartera-- hasta el Congreso el 7 de diciembre de 1995.
El día anterior había responsabilizado a los diputados del problema de seguridad por no aprobar leyes para endurecer las penas. El plenario legislativo aprobó un voto de censura en contra de Castro.
Posible sustituto
También fueron conocidos sus choques con el periódico La Nación. Precisamente ayer también dijo en la iglesia de Santa Cruz: "Había mucha gente que me decía: "Yo a usted no me lo imaginaba así.' Y lo que yo decía: "No le crean a La Nación; yo no soy tan malillo como creen algunos de ese periódico'.
"Claro que es duro, a veces, recibir la crítica bestial, litográfica y venenosa de Llorente, pero no importa. Nada tiene; el país entiende también quiénes decimos la verdad y quiénes trabajamos por esta patria."
Como posible sustituto de Juan Diego Castro ayer trascendió el nombre de Farid Beirute, procurador adjunto. Empero, no fue posible localizar a este abogado para hacerle la consulta.
Entre los aportes que se le reconocen a este cercano amigo de Figueres están el esfuerzo que realizó por elevar el nivel académico de la Fuerza Pública y una mayor transparencia y eficiencia en la operación del Registro Nacional.
De hecho, él mismo manifestó en su discurso de ayer que como titular de Justicia empezó "a limpiar el nido de sinvergüenzas que había en el Registro Nacional".
Me voy sin resentimientos
Santa Cruz, Guanacaste. Tranquilo y sereno. Voz firme. Vestido con ropa informal. En una iglesia abarrotada, con una temperatura superior a los 30 grados, Juan Diego Castro Fernández, anunció su dimisión del cargo como ministro de Justicia para regresar, según dijo, a su bufete. Aseguró retirarse sin resentimientos y aunque mencionó a "gente de mala fe", declinó identificarlos.
¿Cuál es la razón principal de su renuncia?
Mi única razón es la que expuse al Presidente cuando presenté mi renuncia. Regreso a mi bufete, me voy muy contento y muy agradecido con él.
¿Aspira usted a una diputación?
No... ¿Por qué, me piensa dar trabajo de diputado? Es cosa de que me lo ofrezca...
¿Cuándo pensó dejar definitivamente el Gobierno?
Realmente hace ya muchos meses. Inclusive cuando hubo cambio de ministros creí que ese era el momento. Don José María pensó que el Registro Público requería de un empujón y yo acepté ese nuevo reto. Yo creo que hice lo que tenía que hacer.
¿Por qué en este momento y aquí? (Santa Cruz de Guanacaste, durante sesión del Consejo de Gobierno para festejar los 173 años de la Anexión del Partido de Nicoya.)
Bueno, yo creo que este es el momento para avisar al Presidente. Para aprovechar la emoción del sitio donde nos encontramos y para decir al país con toda claridad lo qué he hecho.
¿Qué le quedó sin hacer durante su gestión?
Hay muchas cosas por hacer para el Gobierno, para el Estado y para el país. Lo que había que hacer se hizo, que fue sentar las bases de una nueva Fuerza Pública y de la reorganización del Registro Nacional. Sostenerlos, como se desarrollen y que avancen, eso es responsabilidad de quienes me sucedan.
¿Sugerirá usted el nombre de alguien para que lo sustituya?
No, eso es criterio del señor Presidente.
¿Por qué renuncia precisamente en medio de la campaña política?
Por una absoluta coincidencia y casualidad.
¿Se lleva usted algún resentimiento por su actuación en la función pública?
Ningún resentimiento. Muy agradecido con toda la gente que colaboró conmigo y muy contento de haber servido en este Gobierno. Sin resentimientos con nadie.
¿Se va en plena campaña electoral el ministro más polémico de esta administración?
Eso lo dice usted.
Eso lo dicen las consultas públicas que se han hecho.
Las consultas públicas que hacen ustedes.
¿A que atribuye usted la mala fe de que tanto habla y de la que habló en su discurso de renuncia?
No sé, a los que tienen mala fe, Carlos.
¿Usted habla de alguien?
No hay muchos con mala fe, usted debe conocer a mucha gente con mala fe.
¿Y usted?
También conozco a gente con mala fe.