En el puesto de asistencia de Llano Bonito (kilómetro siete), Róger Fernández se visualiza a lo lejos y la organización se prepara para entregarle su bolsita de agua como a todos, pero un alarmante “masaje, masaje” alerta a todos.
Don Róger no resiste y se tira al suelo lleno de dolor, mientras es intervenido por el masajista Carlos Álvarez del grupo Nido de Halcón.
Más arriba, en la Cuesta del Agua, una de las competidoras se arrecuesta a un árbol para intentar robarse un poco de aire, mientras su rostro muestra gran fatiga.
Bienvenidos al Cerro Chirripó, la montaña más alta de Costa Rica y principal protagonista de la Carrera del Chirripó que cada año ve cómo 225 valientes (aunque este año solamente fueron 212) se atreven a subir corriendo hasta su cumbre, para inmediatamente volver a bajar y que el pueblo de San Gerardo de Rivas los reciba como héroes.
Es que ese es el término adecuado, héroes, pues si subir el parque nacional caminando ya es todo un reto, haciéndolo a un paso más rápido es un hecho impresionante.
Acá no importa la posición. Da igual llegar de octavo que de 108, pues la satisfacción para muchos es terminar la prueba o bien restar algunos segundos al cronómetro.
Campeones. Tal fue el caso de Juan Ramón Fallas y Andrea Sanabria, ganadores de la prueba, quienes desde el arranque tuvieron un duelo contra el reloj, su único rival.
Ambos buscaban superar sus propios récords, que curiosamente lograron en la edición del 2012.
El primero en escena es Juan Ramón, amo y señor de la carrera. Mientras todos suben con un trote despacio o caminando, él baja como caballo desbocado, abriendo espacio entre los corredores.
Atrás lo sigue su hermano gemelo Juan Luis. Sin embargo, al llegar al Monte sin Fe, Juan Ramón logró sacarle casi cinco minutos de diferencia.
Al final, su increíble esfuerzo en el descenso le permitió arrancarle al reloj más de un minuto y establecer una nueva marca con 3 horas, 4 minutos y 4 segundos, un registro que difícilmente sea superado, a menos que sea por él mismo.
Para Andrea Sanabria la competencia fue grande, pues la chilena Verónica Bravo, inscrita de última hora, le dio guerra durante casi toda la carrera, pero la indígena hexacampeona de la prueba le sacó ventaja en el ascenso a la famosa Cuesta de los Arrepentidos.
Sanabria también liquidó su propio récord y lo bajó a 4:19:47.