Como la gran exposición del año, el 6 de marzo, los Museos del Banco Central inauguraron la muestra Picasso: Suite Vollard, una oportunidad única en Costa Rica para observar en un mismo lugar 100 grabados de uno de los artistas más prominentes del siglo XX. La alegría duró apenas 15 días. La emergencia por el nuevo coronavirus obligó al cierre de los espacios de entretenimiento y el Ministerio de Salud autorizó a que los museos podrían reabrir sus puertas a partir del 1.° de junio.
¿Qué pasó con estos Picassos? Las 100 obras originales de Pablo Picasso, creador que pintó El Guernica y Las señoritas de Avignon, estuvieron resguardadas todas estas semanas en los bajos de la plaza de la Cultura, en San José. ¿Aún habrá oportunidad de verlas? Sí, el público tendrá tres meses más para poder acercarse a la muestra.
Aunque estaba programada para finalizar el 7 de junio, los Museos del Banco Central negociaron una extensión del plazo con la Fundación ICO de España, encargada de la colección, con el fin de que la Suite Vollard se pueda quedar en Costa Rica hasta el 23 de agosto y vuelva a su país a principios de setiembre.
“Para ampliar el periodo de estancia de la Suite Vollard en Costa Rica hubo que cambiar todo: el tiempo para la repatriación de las obras en España y la visita del comisario, entre otros aspectos… Como nos lo planteamos desde un inicio, queremos que los costarricenses aprovechen y no se pierdan esta exposición”, detalló Virginia Vargas, directora ejecutiva de los Museos del Banco Central.
Con un cupo limitado, una reducción en el precio de entrada a su exposición estrella y extremas medidas de higiene, los Museos del Banco Central reabrirán el lunes 8 de junio.
Las medidas temporales
Aunque este centro cultural ubicado en los bajos de la plaza de la Cultura tiene espacio para miles de personas, estos Museos abrirán solo de lunes a viernes y admitirán únicamente a 147 visitantes de forma simultánea en el Museo de Oro Precolombino, el Museo de Numismática y en el segundo nivel, donde se colocó la Suite Vollard. Al llegar a ese cupo habrá que esperar a que algunos espectadores salgan para poder ingresar.
Debido a las estrictas medidas para la conservación de los grabados del artista español –debe estar constantemente en 21° C de temperatura con una humedad relativa entre 45% y 50%– y para garantizar su seguridad, la exposición de Picasso ya tenía un ingreso controlado a las dos salas en las que se distribuyeron las obras: desde su apertura en marzo no admitía a más de 40 personas a la vez en cada uno de los espacios.
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Ya no se cobrará una tarifa de ¢3.000 únicamente por entrar a ver la muestra de Picasso, sino que solo se cobrará la entrada general a los Museos del Banco Central, que es de ¢2.500 para los nacionales y residentes y ¢500 para estudiantes ticos con carné. Se mantiene que los niños menores de 12 años y los adultos mayores ingresarán de forma gratuita. El ingreso gratuito de los miércoles volverá a activarse hasta el 24 de agosto.
“Queremos volver a abrir con Picasso sin que la gente tenga que pagar extra, para que todos aprovechen y vayan a ver la exposición. Queremos facilitarle a la gente el retorno, que confíen en que estamos tomando todas las medidas para que regresen sin miedo. Nuestro interés es que nadie se la pierda”, explicó Vargas.
La institución ha extremado las medidas de higiene en las instalaciones, lo cual incluye puestos de alcohol en gel en diferentes sitios y una mayor frecuencia en la limpieza y desinfección de superficies.
Además, al ingresar a los Museos se tomará la temperatura y no se permitirá el ingreso de personas que muestren fiebre, tos y dificultad para respirar. Los asistentes se deberán lavar las manos en los baños antes de entrar a las salas, mantener una distancia de 1,8 m con otras personas y seguir toda la información y la rotulación en los diferentes espacios.
El personal de atención al público tendrá mascarillas y aquellos que manipulen dinero usarán también guantes.
¿Qué se negoció?
Antes de la crisis provocada por el nuevo coronavirus, la exposición de los grabados de Picasso le costaba unos $77.500 (¢44,2 millones) a los Museos, lo cual incluía los pagos por derechos de autos, la producción del montaje en Costa Rica, traslado de obras y pago de seguros. La Fundación ICO prestó la muestra sin cobro alguno.
Luego de la nueva negociación con la fundación española para extender el paso de la Suite Vollard por Costa Rica, la inversión total –por el pago del seguro– se elevó a $80.000 (más de ¢45 millones), según detalló la directora ejecutiva.
“Nosotros íbamos a recuperar la inversión en los tres meses de exhibición. Este tipo de exposiciones, como la de Rembrandt y la de Durero, las hacemos para los nacionales, para darles la oportunidad de acercarse a las obras de estos grandes artistas. Ahora, esos tres meses ya no están, pero siempre quisimos seguir con la exposición tres meses más para cumplir con nuestro objetivo. Sí hay un costo distinto, que no es una cosa tremenda en este tipo de exposiciones. Esto fue posible gracias a que la Fundación ICO cedió la ampliación del préstamo solidariamente, sin costo”, aseguró Vargas.
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En el 2008, los 48 grabados originales del holandés Rembrandt van Rijn (1606-1669) atrajeron a 48.000 visitantes a los Museos y en el 2014 y 2015, los 114 grabados del alemán Alberto Durero (1471-1528) convocaron a 18.000 espectadores. “Como Picasso es muy popular, pensábamos que tendríamos de 25.000 a 30.000 personas, con los cual hubiésemos alcanzado el punto de equilibrio. En solo dos semanas en marzo, tuvimos más de 2.000 visitantes”, comentó Vargas.
La pandemia del nuevo coronavirus esfumó aquel escenario halagüeño.
La directora está consciente de que ya no podrán aspirar a esos números por las limitaciones actuales y porque los costarricenses volverán poco a poco a instituciones culturales como estas. No obstante, conserva la fe en el público nacional. “Queremos convocar a los públicos nacionales, a su empatía y solidaridad para que acudan a visitarnos. Pueden confiar en que haremos todo lo posible para cuidarlos”, afirma Vargas.