Las personas que viven con un alto estrés tienen más problemas para recuperarse después de un ataque cardíaco que quienes sufren moderados o bajos niveles de tensión.
Esto es aún mayor en las mujeres jóvenes o de edad media. Así concluye un estudio de la Universidad de Yale incluido en la revista Circulation .
De acuerdo con los investigadores, el estrés mental reduce el flujo sanguíneo y puede promover la formación de placa en las arterias. La tensión también está asociada a comportamientos que pueden afectar la salud, como el hecho de que los tratamientos no funcionen bien.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron los datos de 2.397 mujeres y 1.175 hombres entre los 18 y 55 años, quienes sobrevivieron a un ataque al corazón.
Durante su hospitalización, los científicos determinaron el estrés de los pacientes con una escala de 14 puntos sobre el manejo de la tensión.
“Vimos que en las mujeres la tensión tenía un peso mucho mayor que en los hombres y esto hacía que su recuperación fuera más lenta”, manifestó, en un comunicado de prensa, Xiao Xu, coordinador del estudio.
Los resultados. Entre las conclusiones, los expertos observaron que, un mes después del infarto, las mujeres tenían una recuperación menor y aún se quejaban de debilidad y dolor en el pecho.
Por otra parte, las mujeres también seguían experimentando mayor nivel de estrés que los hombres un mes después de su evento cardiovascular.
Además, el 33% de las mujeres dijo tener problemas familiares, algo reportado por el 20% de los hombres. Lo mismo sucedió al preguntar sobre la muerte de los familiares pues fue mayor en las mujeres (36,6% en ellas contra 27,8% en ellos).
Sin embargo, para los hombres tuvo más impacto el tema económico.
El 7% de ellos mencionaron problemas en el trabajo o el cierre de un negocio, contra el 3,5% de las mujeres.