Un grupo de médicos diagnosticó el primer caso de desorden de adicción a Internet (DAI) ligado al uso de anteojos Google Glass, según se divulgó en la semana anterior.
En setiembre del 2013, un militar de 31 años ingresó a un programa para tratarse una adicción de la Marina de Estados Unidos.
El programa exigía a los pacientes abstenerse de consumir alcohol, drogas y cigarrillos por 35 días, y les impedía el uso de dispositivos electrónicos en las sesiones.
En el caso de este hombre se le retiraron sus gafas Google Glass.
Rápidamente, los médicos detectaron que, frecuente e involuntariamente, el individuo levantaba su mano derecha para luego tocarse un lado de la cabeza, acción necesaria para activar la pantalla de los Google Glass. Así se detalla en la investigación publicada en la revista Addictive Behaviours .
El paciente, continúa el texto, declaró que, de habérsele impedido el uso del dispositivo en el trabajo, esto lo hubiera puesto “extremadamente irritable”.
Los investigadores hallaron que el hombre utilizaba el aparato casi 18 horas al día, pero se lo quitaba al dormir o bañarse. Además, declaró que, a los dos meses de la comprados, cuando iba a dormirse, empezó a visualizar sus sueños como si los estuviera viendo a través de la pequeña pantalla del Google Glass.
Al ingresar al programa, el hombre expuso síntomas del síndrome de abstinencia: frustración, irritabilidad, agresión y antojos. Su adicción también le causó problemas de memoria a corto plazo.
La existencia del DAI, ligado a aparatos como teléfonos o computadoras, es ampliamente debatida entre especialistas y científicos.
Apenas el año pasado, se incluyó, en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales , una referencia oficial en EE. UU. en este campo; todavía hoy, muchos investigadores sostienen que tal afección es efecto de otros tipos de desórdenes mentales.
En este caso, los investigadores notan que el hombre buscó ayuda por un problema ligado al alcohol.
De hecho, él tiene un historial de trastorno de humor, problemas depresivos y trastorno de ansiedad con características de fobia social y trastorno obsesivo-compulsivo, así como “graves problemas ligados al consumo de alcohol y tabaco”.
Aun así, los médicos destacan en su análisis que la adicción a las “gafas inteligentes” era mucho más grave en comparación con la abstinencia al alcohol, la razón inicial para entrar al programa.
Después de 35 días, el paciente reportó una mejora en su estado de ánimo y en su memoria a corto plazo. Ya no hacía movimientos involuntarios tan seguidamente.
Una vez concluido el programa, agrega el documento, el paciente fue remitido a un programa de abuso de alcohol de 12 pasos.