El auge de la música calipso en Costa Rica le debe al músico y promotor cultural Walter Ferguson sus mayores logros. Por esta razón, fue galardonado la mañana de este viernes con el premio Aportes a la Calidad de Vida, en la categoría de persona física.
Ferguson, de 98 años, no pudo viajar a recibir el homenaje desde Cahuita, Limón, hasta el Teatro Melico Salazar.
En una entrevista anterior, él había expresado todo lo que esta música significaba para él.
"El calipso entró a mi vida desde que era pequeño, pero solo cantaba. Cuando empecé a tocar el ukelele y yo veía que Mighty Sparrow (el reconocido rey mundial del calipso) tocaba su propio calipso, y yo pensé: 'por qué yo no puedo hacer eso también', entonces, en vez de cantar los calipsos de otros, yo cantaba los míos. Por eso canté Cabin in the Water, que es un tema mío", dijo a La Nación en 2010.
"Como a mí me gusta tanto el calipso, entonces voy a decir que es lo mejor del mundo, pero para otra gente tal vez no. Una vez fui a una serenata y la señora me dijo que no quería nada de calipso, pero a mí sí me gusta", añadió en aquel entonces.
DEL ARCHIVO: Walter Ferguson: 'Toda mi gratitud es para Costa Rica'
En el 2009, Walter Ferguson obtuvo el Premio Ricardo Reca Mora, el más importante de la Asociación de Compositores y Autores Musicales de Costa Rica, (ACAM), por su vasto repertorio de calipsos entre los cuales destacan Calaloo, Carnaval Day y Dr. Bombodee.
Apoyo en las emergencias
Ferguson no fue el único galardonado este viernes. La brigada de atención psicosocial en emergencias y desastres de la Universidad de Costa Rica (UCR), que atiende las situaciones de salud mental, emocional y social se ganó el reconocimiento a entidad pública.
Se trata de un grupo de psicólogos y de otros profesionales que se traslada a las comunidades costarricenses donde hay emergencias ante terremotos, inundaciones o cualquier tipo de desastre y brindan su apoyo. También coordinan con los líderes comunales y docentes.
"Uno de los elementos que más hemos defendido es que en cada emergencia hay rostros humanos. Muchas personas se preocupan por reconstruir un puente después de una emergencia, eso es importante, pero también tenemos que reconstruir la vida de muchas personas", señaló Ana Lorena Sáenz, coordinadora de la brigada.
"Cada comunidad nos enseña muchísimo de sus capacidades sociales. En Cinchona, donde estuvimos por dos años (después del terremoto), aprendimos muchísimo de cómo las personas utilizaban esa capacidad de liderazgo", añadió.
Y recordó: "Una de las anécdotas que más recuerdo la vivimos en Pérez Zeledón. Cuando llegamos vimos a doña Luz, ella, sin saber de psicología, se portó como doctora en psicología. Ella y las mujeres del pueblo se pusieron a tejer. Mientras tejían, ella iba guiando un diálogo acerca de cómo se sentían todas con lo que había ocurrido. Cuando terminaron de hablar, ella les dijo 'así es la vida: tejer, destejer y volver a tejer".
Alimentar y evitar el desperdicio
La Asociación Banco de Alimentos fue premiada por sus esfuerzos de contribuir al rescate de alimentos y con ellos atender a poblaciones vulnerables de todo el país.
"El banco tiene dos fines. Primero es impactar el hambre que existe en el país, y también mermar el desperdicio. Es una iniciativa de varias empresas privadas. Comenzamos hace cinco años y hemos crecido mucho en este tiempo", subrayó Francia Linares, directora ejecutiva del Banco de Alimentos.
"Es muy lindo ver cómo hay comedores que nos dicen 'gracias a ustedes hoy comieron varios viejitos'. Eso es parte de todo lo que hacemos cada día", recalcó Linares.
La categoría de empresa privada fue declarada desierta.
Los premios Aportes son otorgados por la Defensoría de los Habitantes, el Consejo Nacional de Rectores (Conare), la Universidad de Costa Rica (UCR), el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), la Universidad Nacional (UNA), la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y la Universidad Técnica Nacional (UTN).
El objetivo es premiar iniciativas de personas, instituciones públicas, entidades privadas y organizaciones de la sociedad civil, que con su aporte ayuden a que costarricenses que enfrentan algún tipo de obstáculo vivan mejor.
El galardón para todas estas personas y entidades consiste en la estatuilla Naturaleza Herida, del costarricense Franklin Zúñiga Jiménez.
Otros reconocimientos
Además, se entregaron cinco menciones a diferentes entidades: el programa de equidad de género del Instituto Tecnológico de Costa Rica, la organización MarViva (por sus luchas por el uso racional de los recursos marinos), la señora Adilia Solís –quien lucha por los derechos de la población transfronteriza– y la Fundación Bandera Blanca, que brinda oportunidad de desarrollo a los niños de los barrios del sur.
Este año se presentaron 29 candidaturas para las diferentes categorías.