Bianca Rodríguez, de 13 meses de edad, nació con sordera profunda, el tipo de discapacidad auditiva más grave en la que ni siquiera se captan vibraciones de ondas sonoras.
Sus padres supieron que su hija tenía problemas de escucha casi al momento de su nacimiento. Ello gracias al programa de tamizaje auditivo neonatal, que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) realiza desde abril del 2016 en los recién nacidos. La prueba se hace antes de que se marchen a sus casas.
La menor nació en el Hospital San Francisco de Asís en Grecia y allí le realizaron la primera prueba. Al resultar positiva, se le hizo otro análisis en el Hospital México y, al arrojar el mismo resultado, se le refirió al Hospital Nacional de Niños para la cirugía.
El implante se le colocó hace un mes, poco después de cumplir su primer año de edad, pues las autoridades internacionales no recomiendan su implantación antes de este momento.
Este martes 4 de julio se realizó la primera estimulación auditiva, que busca confirmar el funcionamiento del implante. La niña reaccionó de forma positiva a los nuevos sonidos. Una de las audiólogas tocó un pequeño xilófono justo detrás de la cabeza de Bianca, y la menor se puso a buscarlo con la mirada.
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"Antes del tamizaje el diagnóstico era muy tardío, usualmente se daba después de los tres años, cuando los papás ya estaban preocupados y asustados de que su bebé no hablara. Incluso, muchas veces los médicos les decían a los papás: 'no importa, eso es que el niño va un poco atrasado, tengan paciencia'", manifestó Eladio Valverde, coordinador del programa de tamizaje neonatal.
Según él, esta tardanza tenía consecuencias para el menor, porque para cuando comenzaba a escuchar ya su desarrollo no era el mismo. "Esta niña, en cambio, va a poder tener la misma realización de cualquier persona que nace escuchando, sin el menor problema", añadió.
¿Cómo funciona un implante coclear?
En el ser humano, el sistema auditivo está compuesto por la oreja, los conductos auditivos externos, el oído medio y el oído interno.
Una persona sin problemas para oír recibe ondas sonoras del aire, la oreja las amplifica y luego las envía al conducto auditivo externo. De ahí pasan al oído medio, donde la onda cambia a vibración.
Luego, la vibración viaja hasta el oído interno, donde las células sensoriales interpretan el sonido y permiten que una persona escuche.
En alguien a quien no le funciona el oído interno, el implante coclear transforma el sonido en energía eléctrica. Esta energía se usa luego para estimular el nervio coclear, al cual se envían señales que el cerebro lee como sonidos.
El implante se pone en el hueso interno del oído y unos cables con electrodos llegan hasta la cóclea (estructura en forma de tubo enrrollado en espiral que está en el oído interno). El receptor se coloca dentro de una cavidad creada detrás del oído.
La cirugía tarda unas dos horas.
Agradecidos
Para Joseph Rodríguez, padre de la menor, esto es una garantía de igualdad para su hija.
"Al principio uno se asusta mucho cuando le dan la noticia, y después quisiera que el tiempo pasara muy rápido, pero los doctores le explicaban a uno por qué había que esperar", comentó este vecino de San Juan de Grecia, Alajuela.
Vivian Brejcha, madre de la niña, agregó: "Yo estoy muy agradecida con los doctores y con la Caja como institución, mi hija va a poder oír normal".
La CCSS tiene bajo revisión a otros dos menores candidatos a este procedimiento.
Desde abril del año pasado, cuando la CCSS implementó este procedimiento, 52.800 menores han sido sometidos al tamizaje auditivo. De ellos, 2.100 necesitaron una segunda prueba.
Si esta segunda prueba es positiva, se le busca una solución según su deficiencia. El implante coclear es el último recurso, cuando el caso es tan grave que no funcionarían audífonos más sencillos.