Con una cirugía hecha mes y medio antes de su nacimiento, médicos del Hospital Calderón Guardia salvaron la vida de Keyla y Keysi: dos gemelas idénticas sancarleñas.
Cuando estaba en la semana 22 de embarazo, Keyling Hurtado Alvarado, de 22 años, y vecina de La Fortuna de San Carlos, fue referida al Hospital Calderón Guardia de emergencia.
Sus hijas presentaban una condición llamada síndrome de transfusión feto-feto. Se trata de un trastorno que se observa entre el 10% y el 15% de los embarazos gemelares. En estos casos, surgen anomalías en los vasos vasculares que llevan la sangre desde la placenta hacia los bebés y solo uno de los fetos recibe la totalidad o la gran mayoría de esta.
Estos casos se detectan durante el ultrasonido, usualmente cerca del inicio del segundo trimestre de embarazo.
Según explicó Gustavo Fonseca, médico del Programa de Terapia y Cirugía Fetal del Hospital Calderón Guardia, y quien lideró el proceso, si este problema no se trata a tiempo, la mortalidad oscila entre el 80% y 90%.
Los riesgos son grandes tanto para el bebé "donador", que no recibe el líquido vital o lo recibe en muy poca cantidad, como para el bebé "receptor", que obtiene la totalidad o casi toda la sangre.
El "donador" presenta riesgos de anemia, bajo peso y problemas de crecimiento. Además, el corazón debe bombear más para distribuir la poca sangre que le queda, el líquido vital tampoco llega a los riñones y este no puede desechar sus toxinas.
Por su parte, el "receptor" maneja más sangre de la cuenta y, por lo tanto, el corazón debe bombear más. Es común también que se hinchen los tejidos y se incremente el riesgo de insuficiencia cardíaca.
A esto se suma la posibilidad de que la labor de parto tenga lugar antes de la semana 25 de gestación, lo que aumenta el riesgo de la muerte de uno o de ambos bebés, debido a su prematuridad.
Si uno de ellos muere en el vientre, la posibilidad de que el otro muera es mayor, o, si vive, puede quedar con secuelas neurológicas y problemas de desarrollo.
Evolución favorable.La técnica a la que fueron sometidas las hermanas se conoce con el nombre de Cirugía de Ablación Láser de Anastomosis Vasculares y lo ideal es realizarla entre las 16 ylas 28 semanas de gestación, previo monitoreo de posibles riesgos de aborto.
Esta intervención se llevó a cabo el 9 de junio pasado –justo un día después de su diagnóstico– y las bebés nacieron el 28 de julio en el Hospital Calderón Guardia.
De acuerdo con Fonseca, el procedimiento utilizó aparatos similares a los de una laparoscopia, con un tamaño adecuado para fetos, en el que se introduce una cámara.
Así, los cirujanos identificaron dónde estaban los vasos capilares que llevan la sangre solo a un bebé y luego los “cortaron” con láser. Los vasos se coagularon y esto corrigió el paso de la sangre a ambos bebés.
Poco después del nacimiento, madre e hijas fueron trasladadas al Hospital de San Carlos, donde permanecieron hasta el 1 de setiembre pasado y regresaron a su casa en La Fortuna.
Hoy, las pequeñas tienen dos meses y medio y su salud es normal.
"Les han hecho todos los exámenes y están de lo más bien. Inquietas, como todo bebé", manifestó la madre de las niñas, quien también tiene dos hijos mayores.
Ellas son las primeras gemelas en recibir este procedimiento en la Seguridad Social, pero en este momento el centro médico está analizando casos similares.
Para Fonseca, esta cirugía es fruto de un programa con profesionales que se especializaron y de un equipo tecnológico, único en Centroamérica, que permitió que se realizara un procedimiento de primer mundo.
El equipamiento fue donado por la Junta de Protección Social (JPS) y por la Fundación para la Atención del Niño Enfermo no Nacido.
El objetivo de Fonseca y su equipo es que este sea un programa de referencia a nivel nacional, para que así puedan atenderse de forma prioritaria casos de gemelos de todo el país.