Quienes viven lejos del Valle Central y sufrieron un infarto, una angina, tuvieron una cirugía cardíaca o alguna otra enfermedad cardiovascular tendrán una unidad de rehabilitación cardíaca en su hospital más cercano.
Se trata de una especie de "gimnasio" con máquinas, pesas, clases grupales en los que especialistas en cardiología y rehabilitación –con la ayuda de monitores– les darán seguimiento al esfuerzo que puede hacer su corazón y les ayudarán a fortalecer este músculo.
Este tipo de unidades de rehabilitación cardíaca ya están en los hospitales nacionales (Calderón Guardia, México y San Juan de Dios) y en otros hospitales como el de Heredia.
Este es uno de los nuevos proyectos del Programa de Atención Cardiovascular de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que presentó sus proyectos este martes.
"La idea es que las personas sepan hasta dónde puede esforzarse su corazón y no pasen casos como los de personas que se van a la romería y sufren otra lesión cardíaca porque no podían hacer tanto esfuerzo", explicó Carlos Araya, médico internista que participó del diseño de la más reciente política de atención cardíaca.
El primer hospital que tendrá esta unidad será el Enrique Baltodano de Liberia, pues tiene una infraestructura que permite albergar este tipo de salas. Además, la patología cardíaca es muy alta en esta zona. Le seguirán los hospitales de Limón, Pérez Zeledón, San Carlos y Puntarenas.
Esta no es la única forma en la que la CCSS combatirá las enfermedades del corazón. Los hospitales regionales son parte importante de esta estrategia. En ellos, se crearán nuevas plazas de cardiólogos para los hospitales William Allen de Turrialba y La Anexión, en Nicoya. Ellos comenzarán su trabajo en marzo y en agosto.
Además, se aprobaron 30 plazas para médicos internistas, emergenciólogos y cirujanos que apoyen a las diferentes zonas del país.
También llegará equipo especializado. Los Hospitales Tony Facio (Limón), Enrique Baltodano, (Liberia), San Carlos, Escalante Pradilla (Pérez Zeledón) y Monseñor Sanabria (Puntarenas) tendrán unidades de hemodinamia (en la que se estudiará específicamente las características del corazón de cada paciente y sus enfermedades y se harán procedimientos específicos para esta área del cuerpo).
Los hospitales de Liberia, Pérez Zeledón, San Ramón, San Carlos y Guápiles contarán con ambulancias de soporte vital.
"Así, las personas de zonas alejadas del Valle Central no deben viajar hasta hospitales nacionales, sino que recibirán atención oportuna en su lugar", aseguró María Eugenia Villalta, gerente médica de la CCSS.
Los hospitales de La Mujer y y Enrique Baltodano (Liberia) serán, además, los primeros en contar con unidades de rehabilitación cardíaca, en los que se les dará atención especial a quienes ya tuvieron un infarto u otra enfermedad del corazón. Se les dirá paso a paso y con la ayuda de monitores cómo está su condición cardíaca, la actividad física que pueden hacer y se irá fortaleciendo el músculo poco a poco.
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Estos acuerdos se tomaron el jueves pasado en la sesión de Junta Directiva. De esta forma, se pretende lidiar con padecimientos que desde 1970 constituyen la principal causa de muerte entre los costarricenses. Solo en el 2014, 6.012 fallecimientos se dieron por esta causa, según datos de la Dirección de Servicios Actuariales de la CCSS.
"Buscamos acercar más los servicios a la población, que tengan equidad en el acceso a la salud", comentó Albin Chaves, coordinador de la nueva estrategia.
Carlos Araya, médico internista que participó del diseño de esta política, dijo que el objetivo es que la atención para una persona de La Cruz, en Guanacaste, sea la misma que recibe alguien del Valle Central.
Prevención. Desde los Ebáis y clínicas también se promoverá la protección del corazón. Se contratarán nutricionistas y promotores de la salud en las zonas en las que más problemas cardíacos hay para que ellos guíen los hábitos de quienes tienen mayor riesgo de padecer esta enfermedades (diabéticos, hipertensos, personas con obesidad, o triglicéridos y colesterol altos).
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A través de una campaña de comunicación, también se pretende que las personas hagan conciencia sobre cómo mantenerse saludables realizando actividad física.
Este sistema de atención significa una inversión de ¢20.000 millones para los próximos diez años. En este 2016 se destinarán ¢3.000 millones para la compra de equipos, ambulancias y la contratación de cardiólogos.