San José
Una vez más, a las 6 p. m. del primer jueves de diciembre se dio el banderazo de salida del festejo navideño en el Hospital Nacional de Niños.
Más de 22.000 luces de ocho colores (en los que sobresalen el rojo, el azul, el amarillo y el verde) reciben las fiestas de diciembre, en una actividad que este año llega a su cumpleaños número 53.
Sin embargo, esta vez hubo algo diferente: se tomó un momento para hacer homenaje a todas las personas que trabajaron —y a quienes siguen trabajando— y fueron voluntarias durante la emergencia por el huracán Otto.
Por eso, esta vez la celebración fue más discreta: se limitó la entrada del público y no hubo cierre de calles.
"Tomamos la decisión de no suspender la iluminación del árbol celebrándolo de una manera sencilla y sobria, ofreciendo también un espacio muy especial en el que solicitaremos a todos los presentes que ofrezcan una oración para todas aquellas personas afectadas por el paso del huracán Otto", manifestó Olga Arguedas, directora del centro médico.
La sobriedad del evento no fue impedimento para que desde las 3 p. m. pintacaritas, magos, músicos y payasos montaran la fiesta, no solo para las familias que llegaron a los jardines, también para los 250 menores que por algún motivo se encuentran internados.
Ni la lluvia que estuvo presente por algunos minutos cambió el ambiente.
En total, unas 800 personas disfrutaron de esta celebración como público, entre ellas la familia Martínez Sánchez, quienes viajaron desde Alajuelita para estar en la actividad.
"Está muy bonito, venimos todos los años y en esta ocasión decidimos llegar más temprano para agarrar buen campo", comentó Mayra Sánchez, madre de la familia.
Su hija mayor, Sofía Martínez, comentó que lo que más le gusta es la música navideña, así como ver todas las luces del árbol iluminadas.
Entre los asistentes también estuvo la niña Sofía Escalante, sobreviviente de leucemia y quien durante su estancia en el hospital hizo pulseras para vender y así colaborar con el centro médico.
"Este hospital es muy importante para mí. Le debo la vida. Hace exactamente dos años viví esta iluminación desde los balcones porque estaba internada y hoy ya soy feliz de que puedo estar aquí afuera con todos ustedes", manifestó la menor.
La actividad finalizó a las 6:35 p. m. con un pasacalles en el que desfilaron muñecos de nieve, duendes y personajes de Charlie Brown y la Dos Pinos. Ellos bailaron al son de las notas de la banda de Sarchí.
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Según la jefa de alumbrado público de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), Elena Amuy, este año, tras el encendido del árbol, se elevó vapor de agua, el cual algunas personas confundieron con humo.
La funcionaria comentó que, como llovió minutos antes de la iluminación, el encendido de las luces produjo calor y, con ello, vapor.
El Cuerpo de Bomberos despachó 5 unidades al sitio, pero a las 6:40 p. m. todas habían sido retiradas pues se descartó cualquier emergencia.
Preparación
Los preparativos para esta celebración comenzaron el 7 de noviembre, cuando funcionarios de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) empezaron a colocar las luces. En total hay 17.000 bombillas incandescentes, 5.000 luces LED y varias figuas en 3D que le dan vida al árbol.
Todos los años, la CNFL dona la iluminación como regalo de Navidad para todos los costarricenses. Nunca se ha informado sobre lo invertido en este alumbrado.
Este espectáculo de luz estará disponible hasta el 6 de enero inclusive, cuando la tradición celebra la llegada de los Reyes Magos al pesebre donde estaba Jesús.
Tradición
El árbol de Navidad del Hospital Nacional de Niños surgió con el centro médico, en 1964.
Marta Montis de Martínez, dama voluntaria del Hospital, tuvo la idea de colocar un árbol navideño para alegrar a los pequeños hospitalizados. Fue así como se decidió plantar un árbol en el jardín del centro médico.
La tradición se mantiene y la iluminación se da todos los primeros jueves de diciembre a las 6 p. m.
Colaboró Eillyn Jiménez.