Parte de la devoción al Jesús Nazareno la reviven las hermandades creadas en su nombre, típicas en distintos puntos del territorio costarricense.
La más antigua reside en Cartago. Se trata de la Hermandad de Jesús Nazareno del Convento de los Padres Capuchinos, la cual cumplirá un siglo en el 2018 y es la más grande el país, con 472 miembros.
La integran laicos, es decir, personas que no ostentan ningún cargo clerical.
Su principal función es coordinar la logística de las procesiones de Semana Santa en la Ciudad de las Brumas.
De hecho, sus miembros son quienes desfilan en dichas procesiones como soldados, sayones y músicos de banda.
Inclusive, un grupo de unas 20 mujeres asisten en labores de organización.
Pero, ¿cuál es el requisito para formar parte? La devoción al Jesús Nazareno. Por eso, a sus filas se suman desde colegiales hasta adultos mayores, a quienes, en su mayoría, los une la tradición familiar.
“Son 69 años de estar junto a la hermandad, por fe y devoción heredada”, contó Rogelio Coto Brenes, quien empezó en el papel de verdugo del crucificado y hoy funge como directivo de la hermandad.
Casi un siglo. Todavía falta un año para llegar a 100 de existencia, empero, este grupo, fundado por frailes franciscanos en 1918, ya inició las celebraciones de su centenario.
La primera actividad fue un conversatorio realizado el pasado jueves 30 de marzo, en la Biblioteca Pública Mario Sancho, en Cartago.
Ahí se expuso la trayectoria del grupo, que empezó la cofradía Los Caballeros del Santo Sepulcro. Luego fue la Legión de Jesús Nazareno y, finalmente, adoptó el nombre que tiene actualmente.