María José Lenis tiene 17 años, muchas ganas de aprender y, hasta hace siete meses, no contaba con una oportunidad clara para seguir superándose.
Fue así como esta joven decidió tocar la puerta del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) para solicitar apoyo y se topó con un programa que le permite capacitar a otras personas a cambio de una beca de ¢100.000, para formarse en una carrera técnica.
La joven trabaja todos los días en la Biblioteca Pública de Hatillo, junto a José Calvo y otros muchachos que participan de la alianza entre los Centros Comunitarios Inteligentes (CECI), administrados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt) y el Programa Manos a la Obra, del IMAS.
A la fecha, otros 500 muchachos como Lenis y Calvo ya formaron a unos 10.000 niños, jóvenes, amas de casa y hasta adultos mayores en el uso de Internet, aplicaciones básicas como procesadores de texto u hojas de cálculo.
Por esa razón, su labor fue reconocida ayer en un acto celebrado en el auditorio del Organismo de Investigación Judicial, en San José.
“La gente a la que ayudamos son personas que tienen ganas de superarse como nosotros; solo necesitan una oportunidad”, cuenta María José.
Es por eso que en el CECI que atienden han querido ir más allá, y por iniciativa propia han comenzado a enseñarles otras herramientas a los asistentes, como técnicas animación con imágenes fijas o con el llamado stopmotion , por ejemplo.
Los jóvenes combinan su vida de docentes con la de estudiantes pues, como explicó José, terminan sus clases a las tres en Hatillo y “corren para tomar bus a Heredia y asistir al Politécnico Internacional”. Ahí, él estudia Informática y María José, Inglés.
Óscar Quesada, coordinador de los CECI, reveló que los jóvenes formadores en esos centros estudian: “Informática, Redes, entre otros. La idea es que se conviertan en los técnicos que necesita el país”.
El Banco Popular y la Fundación Aliarse también son parte de las instituciones en la iniciativa.