WASHINGTON. AP La enorme plancha de hielo de la Antártida occidental ha iniciado un proceso lento e imparable de colapso, coincidieron esta semana dos nuevos estudios científicos.
Científicos alarmados dicen que el nivel del mar puede aumentar más que lo previsto. Estos desenlaces, pese a ser tan preocupantes, no son próximos.
En los reportes, los científicos hablan de cientos de años, pero en ese lapso el derretimiento iniciado podría elevar los niveles del mar en de 1,2 a 3,6 metros.
Un estudio de la agencia espacial estadounidense NASA de 40 años de información terrena, aérea y satelital del llamado “punto más débil de la Antártida occidental” revela que el derretimiento es más veloz que lo previsto y ha cruzado un umbral crítico que pone en marcha un proceso similar a la caída de las fichas de dominó.
“Efectivamente, parece ser veloz” , dijo el glaciólogo Ian Joughin, autor principal de uno de los estudios. “Ya estamos presenciando las etapas iniciales” , confirmó.
El calentamiento global provocado por el hombre y el agujero de ozono hayan modificado los vientos antárticos y calentado el agua, lo cual carcome las bases del hielo, dijeron investigadores en una conferencia de prensa de la NASA.
“El sistema está en una suerte de reacción en cadena que ya es imparable. Cada proceso en esta reacción alimenta al siguiente” , dijo el glaciólogo Eric Rignot, autor principal del estudio de la NASA en la revista especializada Geophysical Research Letters .
Limitar las emisiones de combustibles fósiles para demorar el cambio climático probablemente no detendrá el derretimiento, pero sí podría desacelerar el proceso, añaden los especialistas.
Rignot y otros científicos dijeron se ha quebrado la línea donde el hielo pierde contacto con la tierra y se convierte en una plancha flotante y que sirve de dique de contención del retroceso del glaciar.
Según ellos, ahora lo único que podría detener el retroceso es una montaña o colina, y en esta región de baja altura no hay ninguna. “Se podría comparar con el vino que fluye de una botella descorchada colocada en el plano horizontal”, agregó Rignot, quien estudió seis glaciares de la región como el Thwaites, con un área de unos 610.000 km cuadrados.
“Este glaciar está tan conectado con otros glaciares, que impulsa la pérdida en otras partes”, apunta, por su parte, Ian Joughin, cuyo estudio publica la revista científica Science.
Para llegar a estas conclusiones, el reporte de Joughin utiliza simulaciones informáticas y concluye que “ha comenzado la etapa inicial del colapso”.
Rignot, cuyos datos revelan que el derretimiento se está acelerando desde la década de 1990, enfatizó que la palabra “colapso” puede significar una pérdida demasiado rápida y que se trata más bien de un “colapso en cámara lenta que no podemos detener”.