“En ese momento fue cuando perdimos la inocencia. Fue algo espeluznante para todos nosotros ver la explosión del Challenger solo 10 días después de haber cumplido el sueño de participar exitosamente en una misión espacial”.
Con esas palabras, el exastronauta costarricense Franklin Chang Díaz recuerda la tragedia ocurrida el 28 de enero de 1986, cuando el transbordador espacial Challenger explotó en el aire, apenas 73 segundos después de su lanzamiento.
Miles de espectadores alrededor del mundo también observaron en vivo cómo la nave que había acumulado 1.496 horas en el espacio en 10 misiones previas, se desintegraba en el aire con siete tripulantes a bordo.
El comandante Francis R. Scobee, el piloto Michael J. Smith, los especialistas de misión Judith A. Resnik, Ellison S. Onizuka y Ronald E. McNair, junto a los especialistas de carga Gregory B. Jarvis y Christa McAuliffe integraban la misión STS-51L.
ARCHIVO EN PAPEL: Así cubrió La Nación el accidente del Challenger.Ellos murieron en el accidente causado por un desperfecto en uno de los tanques de combustible. McAuliffe habría sido la primera maestra en ir al espacio.
Irónicamente, esa no era la tripulación original para esa misión, ya que los astronautas que en un inicio iban a volar en el Challenger lo hicieron 10 días antes, en el Columbia, en la misión STS-61C, en la que estuvo Chang.
“Por casualidad, hubo algunos cambios en las asignaciones de las tripulaciones y a nuestro grupo lo movieron al Columbia. El único astronauta que no cambiaron de grupo fue Gregory Jarvis, quien murió en el accidente. Fue como un baldazo de agua fría”, rememoró Chang.
En el equipo que se salvó de perecer en el desastre también estaba el actual administrador de la NASA, Charles Bolden.
El programa de los trasbordadores espaciales fue formalmente finalizado en 2011 después de tres décadas de llevar astronautas a orbitar la Tierra.
Su fin dejó a Estados Unidos sin vehículos para viajes tripulados al espacio.
Desde entonces, los astronautas del mundo han debido viajar a la Estación Espacial Internacional en cápsulas rusas Soyuz, mientras las compañías privadas Boeing y SpaceX desarrollan sus naves espaciales para usarlas a partir de 2017 y la NASA se centra en la construcción de su nave Orion para el espacio profundo.
Homenaje.
Este jueves, la agencia conmemoró la tragedia del transbordador con la promesa de mantener viva la memoria de los astronautas muertos, y aprovechó la ocasión para reiterar el objetivo de ir a Marte.
El homenaje incluyó la colocación de ofrendas florales en el Cementerio Nacional de Arlington, cerca de Washington, y en el Centro Espacial Kennedy en Florida.
"La exploración espacial es uno de los más difíciles esfuerzos que emprendemos y desde el Apolo 1 al Challenger y al Columbia, valientes estadounidenses han hecho su último sacrificio en nuestra búsqueda de ampliar los límites y explorar nuevas fronteras", dijo en presidente Barack Obama en un comunicado por la conmemoración del Día del Recuerdo en la NASA.
VIDEO La NASA rememora a sus víctimas.
"Sin embargo, a pesar de los peligros, continuamos para alcanzar las estrellas", agregó.
"A partir de nuevas asociaciones con la industria privada para el desarrollo de invenciones revolucionarias los estadounidenses iremos con ellos al Sistema Solar y finalmente a Marte; continuaremos nuestra travesía de descubrimiento", dijo Obama.
Poco después de llegar a la Casa Blanca en 2009, Obama canceló un programa de la NASA para regresar a la Luna, diciendo que prefería canalizar esos recursos a una exploración del espacio profundo y dirigida a enviar una misión tripulada a Marte en la década de 2030.