Juan Carlos Solano decidió utilizar plasma para reducir las emulsiones (compuestas por agua, aceite y detergentes) que se encuentran en las cocinas de los hogares. Al joven le ha tocado perder lecciones de otras materias para preparse para la feria. Pero, para él “ha valido la pena porque este proyecto permite mostrarles a las personas un bien que se podría hacer con este nuevo estado de la materia”. Su madre Patty Castillo celebró que la ciencia es para él su gran pasión.
Gabriela y Paola Zúñiga son alumnas de la Escuela de San Juan Sur, en Rivas de Pérez Zeledón, y su participación en la feria les abrió las puertas no solo para conocer a otros niños que como ellas se apasionan por la investigación y la ciencia, sino también para visitar San José por primera vez.
Ellas desarrollaron harina de plátano, que incluso puede ser consumida por personas celiacas (intolerantes al gluten), explicó su profesor Fabián Barrantes.
Daniel López, alumno de la Escuela de El Carmen de Siquirres, quiso sorprender en la feria con un reloj ecológico, cuya particularidad es que es su energía es dada ¡ni más ni menos que por limones! “El reloj transforma la energía química de los limones en energía eléctrica que sirve para relojes o calculadoras”, dijo.
Su padre Carlos López explicó que con tal de que el pequeño se asesorara bien viajaron distancias de 25 km para que Daniel recibiera consejos de expertos.
Un video de TEDx Pura Vida invitó a la niña Eugenia Vargas, de 9 años a investigar ¿qué es la nanotecnología (ciencia que estudia estructuras a nivel diminuto) y cuáles podrían ser sus aplicaciones en la vida cotidiana? Junto a ella, sus padres y hasta su hermano menor se aventuraron en un proceso de más de siete meses, en el que hasta asistieron a un laboratorio de nanotecnología. Ayer, la pequeña sorprendió al exponer con total propiedad ante jurados y público en general.