Este 2013 fue extraordinario para la astronomía y la carrera espacial, pues se sumaron más actores “al baile” y hubo hallazgos que nos hicieron repensar las preguntas que nos hacemos al mirar al cielo.
Por un lado, los asteroides nos sorprendieron al caer en Rusia o ‘pasarnos cerquita’ y despertaron el interés real por prepararnos para evitarlo, reconoció Franklin Chang, astronauta tico que avanza en la creación de un motor de plasma que podría propulsar sondas para evitar estas colisiones.
“Lo que ocurrió este año se creía estadísticamente improbable”, dijo.
Además, en estos meses se halló que había cientos de planetas “potencialmente habitables” en la Vía Láctea y que, en nuestro vecindario, Marte y una luna de Júpiter podrían también haber tenido condiciones para albergar formas de vida como las que conocemos. “Este 2013 nos cambió completamente la forma en como vemos el universo. Por ejemplo, se han descubierto en nuestra Vía Láctea ya más de 3.000 estrellas similares a la nuestra que tienen potencialmente planetas orbitando alrededor de ellas”, detalló Adriana Ocampo, administradora del Programa de Misiones Científicas de NASA.
Según Ocampo, esas condiciones necesarias para albergar vida son tres: tener agua líquida, material orgánico y una fuente de energía. “La evidencia de la misión Curiosidad sugiere que en Marte hubo agua líquida y no solo agua salina, sino agua potable o dulce, con las implicaciones que eso ofrece para dar origen a la vida. También el telescopio Hubble ofreció evidencia sorprendente de la luna Europa de Júpiter”, añadió.
Los telescopios y sondas también nos abrieron los ojos ante parajes alucinantes. Así, nos develaron un planeta color azul a 63 años luz de la Tierra, así como una galaxia a 13.100 millones de años luz –700 millones de años después del Big Bang–, cuando se calcula que el universo tenía el 5% de su “edad” actual.
Moviendo trebejos. Más países se sumaron como protagonistas de la exploración. EE. UU. y Europa hicieron lo propio –como se espera históricamente de ellos–. Rusia también contribuyó a llevar en Soyuz astronautas y viáticos a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Esta agencia también celebró los 50 años del viaje de la primera mujer a la espacio Valentina Tereshkova.
Pero Asia reclamó con vehemencia un lugar. Así, China colocó con éxito una sonda en la Luna hace apenas una semana (más de tres décadas después de la última misión), India lanzó un robot de exploración de Marte (que llegará en setiembre del 2014) y Japón envió un nuevo cohete de tres etapas. “En este 2013 vimos como el espacio se está convirtiendo en el lugar de desempeño de un número creciente de países que han iniciado gestiones para crear sus propias agencias espaciales porque reconocen su importancia, aunque no sean capaces de lanzar cosas al espacio”, añadió Chang.
Durante el año, Latinoamérica también hizo lo suyo. México, Colombia, Argentina y Costa Rica, entre otros, ya tienen agrupaciones espaciales. “Veo con entusiasmo estas organizaciones como la Asociación Centroamericana de Aeronáutica y del Espacio (ACAE), que ya ha hecho participaciones de buen calibre en eventos internacionales”, aseguró Chang.
“Queda más claro que nunca que ya no hay monopolios geográficos del conocimiento como lo fueron EE. UU. y Europa, ahora la información permea todo el planeta y es posible hacer tecnología de punta (un cohete de plasma) aquí mismo en Liberia”, añadió el nacional, para quien la única preocupación del año es ver una desaceleración de la inversión de EE. UU. y Rusia en el ámbito espacial. “He sentido una merma de la velocidad a la que se desarrollan en los países desarrollados. Los veo un poco temerosos y titubeando y eso me preocupa”, dijo.
Por su parte, la ingeniera costarricense Sandra Cauffman –subdirectora de la misión Maven que viaja a Marte–, apuntó que debido a que ya los transportadores espaciales no están en servicio, la participación privada de Space X (con su nave Dragon) y Orbital Science (con Cygnus) fue un avance vital que permite a NASA no depender tanto de Rusia para enviar viáticos a la ISS. Es que hasta la aparición de compañías como Space X y Virgin Galactic, la inversión y la tecnología requerida para poner naves en el espacio solo podían hacerla países.
Este 2013, Space X se convirtió en la primera empresa privada en poner en órbita geoestacionaria un satélite.