Varsovia, Polonia.
“Llevo un día sin comer nada, pero todavía puedo ver y caminar sin problemas”, bromeó Wael Hmaidan, director de la organización no gubernamental Climate Action Netowk, quien se unió ayer al ayuno anunciado por el filipino Naderev Saño, comisionado de cambio climático de este país.
Filipinas se ha convertido en centro de atención en la Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas luego del paso del tifón Haiyán, que dejó poco más de 10.000 víctimas. Tras la presentación filipina en la ceremonia de apertura de la cumbre, los delegados ovacionaron en pie a Saño, uno de los pocos gestos emotivos en una conferencia sobria.
El martes por la mañana, un grupo de organizaciones ambientales anunciaron que acompañarían a Saño en su ayuno voluntario durante toda la cumbre, pero que podría acortarse si hay avance en las negociaciones.
“La duración depende del movimiento. Algunas personas estarán solo ayunando durante las horas de la conferencia, otras lo harán durante 24 horas”, apuntó Hmaidan.
Los manifestantes solicitan a los países más desarrollados un compromiso real y una mayor ambición al establecer metas de cambio climático. "Debemos detener esta locura"; señaló Saño en la reunión inaugural de la conferencia.
Es usual encontrar pancartas de apoyo a Filipinas en los pasillos del Estadio Nacional de Polonia, sede de la conferencia, luego del emotivo discurso de Saño.
El martes por la tarde, movimientos juveniles organizaron una “acción solidaria de ayuno” en la que poco más de 25 personas se sentaron en completo silencio en las afueras de la cafetería de la conferencia durante poco más de una hora.