El árbol repleto de luces, figuritas, lazos y hasta dulces es uno de los elementos más representativos de la Navidad.
Hogares, comercios, calles, parques, tarjetas y redes sociales se adornan con esta imagen para avivar el espíritu navideño, sin distinciones de edad, nacionalidad o, incluso, religión.
No se tiene certeza sobre el origen del árbol de Navidad, pero una antigua creencia europea cuenta que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas colgaban las estrellas, el Sol y la Luna. De ahí vendría la costumbre de iluminarlo.
También se dice que fue en la Alemania del siglo XVI donde nació el árbol “moderno”, que en casas y edificios era adornado con frutas y dulces que los niños recogían el 25 de diciembre.
Su ornamentación ha sido influenciada por figuras históricas, como el inventor Thomas Edison, quien vendió las primeras luces navideñas eléctricas, según relata el diario New York Times .
Hoy, algunos prefieren el tradicional árbol de Navidad. Otros dejan volar la creatividad para idear nuevos conceptos. Por ejemplo, la icónica esquina de Times Square, en Nueva York, luce un árbol digital, mientras en París, la torre Eiffel recibe a los turistas con una esfera gigante llena de arbolitos.