Santiago, Chile. Afp Los centros de las galaxias albergan agujeros negros supermasivos que pueden alcanzar miles de millones de masas solares, anunció el radiotelescopio ALMA, ubicado en el norte de Chile.
Muchos agujeros se esconden dentro de espesos anillos de polvo y gas conocidos como toroides, señalan astrónomos de ALMA en un comunicado.
Esta fuente cósmica de polvo y gas frío da nuevas luces sobre cómo los agujeros negros inciden en su galaxia y, posiblemente, en el medio intergaláctico.
“Pensemos en el agujero negro como un motor. Su combustible es el material que fluye hacia él desde un disco plano de polvo y gas”, explica Jack Gallimore, autor principal de un artículo publicado en The Astrophysical Journal Letters.
“Por primera vez podemos ver que es el gas expulsado el que esconde al agujero negro, no el gas que entra. Esto indica que la teoría general sobre los agujeros negros activos es demasiado simplista”, añadió.
A esta conclusión se llegó con las observaciones del agujero negro de la galaxia NGC 1068, conocida también como Messier 77, y que permiten determinar que es la fuente de su propio toroide de polvo y gas, compuesto de material expulsado del disco de acreción del propio agujero negro .
En el centro de esta galaxia, (a unos 47 millones de años luz de la Tierra) hay un núcleo galáctico activo, un agujero negro supermasivo que está siendo alimentado por un delgado disco giratorio de polvo y gas, conocido como disco de acreción.
A medida que el disco fluye en espiral hacia el agujero negro, el material que lo compone se vuelve extremadamente caliente y emite una intensa radiación ultravioleta, mientras que las zonas externas del disco se mantienen considerablemente más frías y emiten un brillo más visible, en longitudes de onda infrarrojas y milimétricas.