La inteligencia fluida, esa capacidad de aprender y procesar la información, disminuye conforme la edad aumenta.
La buena noticia es que la inteligencia cristalizada, que se refiere a la experiencia y el conocimiento acumulado a lo largo de la vida para la toma de decisiones, ayuda a compensar esa disminución.
Es la conclusión a la que llega un estudio realizado por Ye Li con 336 personas ---173 jóvenes (entre 18 y 29) y 163 mayores (edades 60-82 )--- a quienes se les solicitó contestar una serie de preguntas relacionadas con sus finanzas.
Su trabajo tiene amplias implicaciones, en un momento en el que la edad promedio de la población mundial está aumentando rápidamente.
Li recomienda que se implementen políticas públicas que doten de asesores en diversos temas a los adultos mayores para que puedan complementar su inteligencia cristalizada a la hora de tomar decisiones en áreas en las que no tengan mucha experiencia.