En medio de la oscuridad de la noche, cuando el grillo no puede ver bien, el gusano onicóforo o peripato –como también se le conoce– aprovecha para tejer una red, lanzarla sobre su presa e inmovilizarla.
¿Cómo es que un depredador que se mueve a metros por hora y es tan pequeño (entre cinco y 22 cm), puede cazar a uno de los insectos más ágiles en el planeta? Esto lo logra mediante un mecanismo único que le permite expulsar un líquido viscoso, con el que forma redes que lanza sobre sus presas.
Ese mecanismo fue descrito recientemente en la revista especializada Nature Communications por los investigadores costarricenses Julián Monge y Bernal Morera y los extranjeros Andrés Concha, Paula Mellado, Cristiano Sampaio y Lakshminarayanan Mahadevan.
“Demostramos que la manera en que el gusano teje su red es un fenómeno físico que resulta de una relación entre la viscosidad del líquido que lanza y la dureza de los tejidos del músculo que él tiene”, comentó Monge.
Este investigador de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) explicó que el gusano cuenta con dos torretas; es decir, órganos capaces de lanzar chorros de goma, los cuales oscilan y tienen un aspecto similar a dos mangueras sueltas y paralelas, que se mueven debido a la presión del agua que circula a través de ellas.
Ese movimiento es el que permite que el peripato teja su red y cumpla su objetivo de cazar o defenderse de un depredador.
Según Monge, el método que tienen estos particulares gusanos para atrapar a sus presas es único en el mundo.
“Lo más parecido a esta forma de cazar lo tienen algunas arañas, pero, aun así, estas pasan horas tejiendo, mientras que este insecto elabora su red en fracciones de segundo”, afirmó.
Método. Los investigadores calcularon por medio de fórmulas matemáticas cómo es que estos gusanos logran lanzar el líquido viscoso y crear la red. Sin embargo, no se quedaron en el cálculo y lo demostraron.
Los científicos simularon una cabeza de peripato con un material similar a la silicona y reprodujeron el mecanismo utilizado por el gusano. Esto lo documentaron con una cámara capaz de registrar los movimientos a altas velocidades. También grabaron a un verdadero peripato en el momento en que tejía su red, con el fin de comparar ambos posteriormente, indicó Monge.
Aplicación. Marielos Mora, del Centro de Investigación en Biología Molecular de la Universidad de Costa Rica, ha estudiado en el pasado a estos singulares insectos y considera importante conocerlos más a fondo.
“Tienen una importancia evolutiva. Muchas personas los consideran fósiles vivientes. En ellos ha habido poca variación morfológica ”, comentó la experta.
Además, destacó que, para su estudio, se debe aprovechar que estos gusanos se encuentran fácilmente en el país.
No obstante, Julián Monge afirmó que sus últimas expediciones en busca de peripatos han fracasado y que, quizá por el cambio climático, se han trasladado a otras zonas.
En lo que ambos coinciden es en las aplicaciones en el campo de la salud que la goma de estos gusanos podría tener.
“Podría usarse para unir membranas dentro del cerebro o tejidos dentro del ojo” aseguró el investigador de la UNED.
Mora, por su parte, consideró preciso analizar las secreciones del gusano, pues tienen un potencial bastante importante para aplicaciones médicas.