Todos tenemos recuerdos que quisiéramos poder olvidar, pero, para algunos, poder hacerlo no solo sería una alegría, sino un mecanismo para mejorar su salud.
“Los recuerdos asociados a las drogas, como la metanfetamina (met), aumentan la vulnerabilidad a la recaída por consumo de sustancias”, afirman investigadores del Scripps Research Instituteen un estudio publicado en el Biological Psychiatry Journal.
Por eso, intentaron conseguir un mecanismo para inhibir esa parte de la memoria que pudiera funcionar para esos adictos y para personas que sufren de trastorno de estrés postraumático.
Y lo lograron: fueron capaces de borrar los recuerdos asociados a drogas peligrosas en ratones y ratas, sin afectar otras memorias más benignas.
“Es un método claro y viable para alterar los recuerdos no deseados, dejando el resto intacto”, aseguran en el sitio del instituto.
¿Cómo se hizo? Para producir una memoria, una gran cantidad de actividad sucede en el cerebro, como alteraciones en la estructura de las células nerviosas que se producen a través de la actina, la proteína que compone la infraestructura de todas las células.
En este estudio, los investigadores inhibieron la polimerización de actina en el cerebro de ratones y ratas durante una de las fases que suceden en la formación de recuerdos relacionados con la metanfetamina.
Pruebas de comportamiento realizadas posteriormente mostraron que los animales perdieron esas memorias de forma inmediata y persistente. Lograrlo no dependió de la fuerza de la asociación y otros recuerdos no se vieron afectados.
“La esperanza es que nuestras estrategias pueden ser aplicables a otros recuerdos dañinos, como los que perpetúan fumar o trastorno de estrés postraumático", dijo Courtney Miller, una de las investigadoras.