El proyecto, realizado junto con Rusia y Estados Unidos, constituirá la estadía más larga de un ser humano en la ISS, desde la llegada del primer astronauta en el año 2000.
No obstante, el récord absoluto lo sigue ostentando el ruso Valeri Poliakov, quien vivió más de 14 meses en la estación espacial Mir, entre 1994 y 1995.
“Me gustan los desafíos”, declaró Kelly, de 50 años, durante una rueda de prensa junto a Kornienko, de 54 años, brindada en la sede de la Unesco en París.
Al término de la misión, si todo sale bien, Kelly se convertirá en el estadounidense que más tiempo ha pasado en el espacio (ya estuvo seis meses).
Las misiones de larga duración representan un desafío en el ámbito médico, ya que pueden implicar una atrofia muscular, pérdida de masa ósea y problemas de visión, así como un impacto en el sistema inmunitario y consecuencias en el cuerpo a causa de las radiaciones a las que se está expuesto.
“Si llegado el día se necesitan tres años para viajar a Marte, hay que entender qué le ocurrirá al cuerpo”, apuntó Kelly.
Los estadounidenses plantean un primer viaje al planeta rojo hacia el 2030, gracias a la nueva nave espacial Orión, que se encuentra en fase de ensayos.
Para Kornienko, la posibilidad de un viaje a Marte podría incluso tener lugar antes del 2030. “Soy optimista”, dijo el cosmonauta ruso, quien abogó por unir esfuerzos. “No debe ser un solo país. Tenemos que llegar juntos”, enfatizó.