“Un profesional de la voz no es solo el cantante, el actor o el profesor. Casi todos tenemos que comunicarnos con otras personas para hacer nuestro trabajo y, en la mayoría de ocasiones, utilizamos la voz para ello. Por eso, todos somos profesionales de la voz y deberíamos saber cómo cuidarla”.
Con estas palabras, Miguel Ángel Sánchez Rivera, especialista mexicano especialista en medicina de la comunicación, audiología y foniatría, explicó por qué todos deberíamos aprender a cuidar la voz.
Él visitará Costa Rica la semana entrante para dar un seminario sobre el tema, pero antes quiso compartir con La Nación los principales errores que se cometen al usar las cuerdas vocales y cómo pueden evitarse o emprender la búsqueda de soluciones.
“A la voz la tenemos desde que nacemos: la primera manifestación para decir que estamos vivos es el llanto, y para eso utilizamos la voz. El problema es que se nos hace institivo el hablar y nadie nos enseña cómo hacerlo bien, por lo que normalmente son muchos los errores que cometemos”, manifestó el especialista.
“A esto se le une el que nuestro aparato fonador es tan maravilloso que, aunque lo descuidamos, normalmente solo sentimos un poco de dolor de garganta y perdemos la claridad de la voz, pero a las horas –o a los pocos días, si es muy grave– la recuperamos. Por eso no le prestamos la atención que se merece”, añadió Sánchez.
Los daños. En nuestra vida diaria, les causamos daños a nuestras cuerdas vocales sin siquiera darnos cuenta.
El primer error es que llevamos al límite nuestra capacidad de hablar, gritar o cantar.
“El daño comienza con una inflamación de las cuerdas vocales, ya sea por un resfriado, por el fumado o por gritar. ¿Cuál es el problema? Que si yo estoy ronco, saco voz de donde no tengo; fuerzo la cuerda vocal y eso la desgasta e inflama cada vez más. Es como si usted tuviera las rodillas inflamadas y se pusiera a hacer dos romerías”, explicó el otorrinolaringólogo costarricense Enrique Muñoz.
Sánchez añade: “Abusamos de la voz. Cantamos cuando nos bañamos, cuando manejamos, cuando estamos felices. Eso no está mal, pero hay gente que grita al cantar. También gritamos si estamos muy emocionados o, si estamos en medio de mucho ruido, hacemos lo posible por ser escuchados. Todo eso va dañando la voz, aunque no nos percatemos de ello”.
”Además, nadie dice: ‘Me cansé un poquito de la voz y voy a descansar un rato’. Eso deberíamos hacerlo todos. No es necesario destinar horas a ese descanso; con unos minutos basta”, agregó.
¿Qué hacer? Uno de los principales consejos es hidratarse. Tomar agua parece no estar muy relacionado con las cuerdas vocales, pero en realidad sí lo está, y mucho.
“La estructura de la cuerda vocal necesita un alto nivel de hidratación. Si el tejido pierde contacto frecuente con el agua, eso lo afecta”, afirmó Sánchez.
Muñoz, por su parte, enfatiza en la importancia de cuidarse si la persona tiene problemas: “Si usted ya está ronco, lo ideal sería que no hablara, pero en su vida diaria usted necesita hablar. Mi consejo es que susurre; así usted utilizará zonas de las cuerdas vocales que normalmente no utiliza y descansarán las otras”.
“Si la ronquera ya le duró más de dos semanas, es vital que visite a un médico otorrino, porque eso puede ser señal de un daño mayor”, añadió el médico.
Ambos especialistas señalaron también que si en su trabajo o su vida diaria usted tiene que hacer uso de la voz muy constantemente y luchar contra mucho ruido, es recomendable que busque la ayuda de terapeutas de lenguaje que le enseñen cómo fortalecer los músculos de esa zona para que las cuerdas vocales resistan mejor y sea posible hablar con mayor proyección por más tiempo.
Otra buena opción es recibir clases de canto. Con tales lecciones, se fortalece esa zona y se aprende cómo respirar mejor para proyectar la voz.
Para la terapeuta de lenguaje Vilma Calderón, hay ejercicios sencillos que toda persona puede realizar en casa, pero lo ideal es buscar primero asesoría profesional. Así partirá de ejercicios específicos para su caso.
“Es como cuando usted va a tonificar cualquier otro músculo: puede hacer ejercicios desde su casa, pero lo ideal es que antes de eso, un profesional le diseñe un programa de ejercicios pensados para su caso; así evitará lesiones”, aseveró Calderón.
Los entrevistados insistieron en que lo más importante es no abusar de la voz, pues esta no es un recurso inagotable.