24-07-2012. Hora: 01:45 p.m. Fotografas de la "Gruta" ubicada en la parte trasera de la Baslica de la Virgen de Los Angeles, en Cartago, donde los fieles llegan a observar la piedra donde apareci la virgen por primera vez y, adems, a depositar los "exvotos", figuritas de partes del cuerpo o de cuerpos enteros que representan peticiones de curacin o agradecimientos por un rgano sanado. Los feligreses tambin suelen dejar a la virgen trofeos ganados u otros objetos significativos en sus vidas como ofrenda a la "Reina de los Angeles". Fotos: Mayela Lpez (Mayela_Lopez)
En la basílica de los Ángeles, en Cartago, la fe se materializa casi todos los días. Vecinos de todas partes del país asisten a visitar a La Negrita, patrona de Costa Rica, para pedirle favores personales, académicos y profesional o, simplemente, para dar gracias.
La mayoría de veces los feligreses no van solos y algunas de ellas incluso llevan un presente que puede ser diminuto (del tamaño de un dije) o más grande (como un trofeo ganado en unas justas).
A estos objetos se les llama exvotos y, aunque tienen muchos años de existir, actualmente están más vigentes que nunca.
Hay miles de ellos. Son órganos como pies, manos, corazones, riñones y ojos de metal.
Se lucen en las vitrinas de la llamada gruta del hallazgo, donde se dice que fue encontrada la Virgen de Los Ángeles por Juana Pereira. Cada uno cuenta una historia.
Está, por ejemplo, la corona de la modelo Marisol Soto, quien fue Miss Mundo en 1992, así como el arpón que usó para pescar un matrimonio norteamericano que, tras un naufragio en junio de 1989, estuvo a la deriva 66 días y escucharon por un radio viejo sobre La Negrita y, entonces, “le prometieron convertirse al catolicismo si los salvaba”, cuenta William Butler.
Él y su esposa, Simonne Butler, escribieron el libro Naufragio , donde narraron ese episodio.
Entre los exvotos también están dos piedras pequeñas llevadas allí el 18 de este mes por el alpinista Warner Rojas. Él le agradece a la patrona de Costa Rica haberlo devuelto ileso de su aventura para conquistar la cima del monte Everest, el techo del mundo.
Tradición accesible. “Aquí hay unos dos millones de exvotos que han sido recibidos desde 1635, año del hallazgo de la Virgen”, explica el canciller de la diócesis de Cartago y actual párroco de la basílica de Los Ángeles, Francisco Arias.
“Como no podemos tener todos a la vista, se ponen por un tiempo y luego se guardan en un recinto. Pero, si los creyentes han dejado algo escrito, lo guardamos ahora en archivo digital”, indicó.
¿Dónde consiguen los exvotos los fieles? El administrador de la tienda de la basílica, Elías Calvo, muestra allí gran variedad de ellos, y a todo precio. Los hechos en plata valen unos ¢3.500, mientras que los fabricados en latón u otro material cuestan apenas ¢150. Todo el año hay fieles que los compran pero, como es de esperar, en agosto, época de romería, se dispara la venta.
La mayoría de los que se venden en Cartago se hicieron en la josefina Fábrica Nacional de Trofeos, pero no existe un monopolio de fabricación. De hecho, muchas joyerías o bisuterías también ofrecen el servicio a los devotos.
Para entregar el exvoto, se puede depositar en los buzones que hay dentro de la basílica o dárselo a los sacerdotes o al sacristán.
Así lo hicieron esta semana los esposos Ronald Porras y Wendy Alvarado, del barrio San José de Alajuela. Ellos llegaron a agradecerle a la Virgen por el nacimiento de su hijo Santiago.