Santa Cruz, Guanacste (Redacción). La frontera entre la comunidad de Ortega y Bolsón – a unos 30 kilómetros de Santa Cruz– reunió este viernes Santo a más de 4.000 personas, en la ribera del río Lagartero, donde conforme trascurrían los minutos y horas se sumaba más público a disfrutar de la tradicional “lagarteada”.
Esta vez, un grupo de abejas se “coló” en la fiesta del pueblo para poner a correr a más de uno.
Al ser las 9:30 a.m., el grupo de lagarteros integrado por 30 hombres se dio el cometido de iniciar su más importante trabajo; sin temor alguno se agruparon para encomendarse a Dios en esta peligrosa travesía que lleva más de 200 años de celebrarse.
Diez minutos después se empezó a calentar el ambiente. Los lagarteros se dividieron en dos grupos para realizar su labor.
El ingreso al agua de 15 lagarteros uniformados con su camiseta roja despertó curiosidad y emoción tanto para quienes asistían por primera vez, como para aquellos que llevan años de participar, pero siempre viven una nueve experiencia. La participación de la cimarrona añadió color, sabor y calor a la actividad.
Poco a poco se empezó a escuchar el grito de los lagarteros chapotenado en el agua con su único medio de defensa: una vara de bambú. Su objetivo era espantar los lagartos hasta donde se colocaba el trasmallo para que quedaran ahí enredados. Solo se veía como los lagartos entresacaban sus ojos y parte de la cabeza, por lo que tras la primera llegada, y ante los gritos de alegría del público llegó el momento de levantar el trasmallo, pero sólo había atrapado un lagarto pequeño y varios peces. Ante ante gritos desalentadores fueron devueltos al agua.
El grupo hizo un recorrido de aproximadamente kilómetro y medio, en donde el fuerte calor y tras varios intentos fallidos atraparon unos 4 lagartos de menor tamaño.
Mientras tanto, la otra parte de lagarteros tenían su presa más grande en una cueva de seis metros de profundidad por dos metro de altura, pero un enjambre de abejas africanizadas puso a todo mundo a correr. Ante los gritos de desesperación “¡abejas! ¡abejas!”, a más de uno se le olvidaron los lagartos y se lanzaron al río, otros al suelo y unos se subieron en los árboles.
De manera que el grupo de lagarteros ante la inesperada visita de abejas, pasada las 11 a.m. se dieron la tarea de ingresar a la cueva para sacar al hermoso lagarto que aproximadamente midió unos 3.5 metros de largo.
Luego de más de media hora de pelea con el animal para lograr sacarlo, estos ejemplares lagarteros cumplieron con su promesa de sacar al animal sin maltratarlo y entre fuerza y casta lo cargaron en sus hombros y con gritos de ¡Viva los lagarteros! ¡Viva Ortega! El es espécimen fue trasladado hasta la pileta en el centro de Ortega.
Yamil Cascante, con más de 40 años de experiencia en “lagarteadas”, dijo que este año tuvieron un imprevisto por los 3 aguaceros que se vinieron durante la semana. Sin embargo, debido a la gran canctidad de público que asiste buscaron el mejor espacio para que la gente viviera de cerca cómo es la lagarteada.
“Lo de las abejas fue algo imprevisto, pero estamos satisfechos con nuestro resultado, para eso trabajamos 15 días antes. El lagarto lo buscamos todo el grupo, este espécimen era bastante grande”, dijo.
A las 10 de la mañana de hoy el lagarto fue devuelto a su hábitat con vida y fuera de peligro.