Cerca de 36 millones de personas padecen en el mundo; sin embargo, de ellas 28 millones aún no están diagnosticadas y, si lo están, no reciben terapias que las ayuden a retrasar la evolución de los daños neurológicos.
Esa es una de las conclusiones del “Reporte mundial del alzhéimer 2011”, presentado esta semana por la Asociación Enfermedad de Alzheimer Internacional (ADI, por sus siglas en inglés).
“No diagnosticar el alzhéimer o diagnosticarlo tardíamente representa una oportunidad perdida para mejorar la calidad de vida de millones de personas”, dijo en un comunicado de prensa Daisy Costa, directora de ADI.
Según los investigadores, el problemas es que gran parte de la sociedad ve este trastorno como parte normal del envejecimiento y no le dan suficiente atención.
Sin embargo, el mal sí puede evitarse o retardarse y sus pacientes sí pueden tener una evolución más lenta de los daños.
Buscando soluciones. El informe indica que los Gobiernos deben diseñar políticas para mejorar la calidad de vida de estas personas.
Los investigadores señalan que se debe capacitar a médicos y personal de salud para detectar cualquier tipo de demencia en todas las clínicas y hospitales, tener centros especializados en la atención de demencias, ayudar a los pacientes a desarrollar estrategias para retardar la aparición de síntomas y aumentar el presupuesto destinado al estudio de esta enfermedad.