Como sabe cualquier viajero, dormir –en un avión o en una habitación de hotel– puede ser bastante elusivo.
No faltan extraños artilugios que prometen ayudar –como las ‘almohadas avestruz’ para ‘acolchar la cabeza’–, pero si usted no quiere recurrir a ellos ni a píldoras o cocteles para dormirse en un avión –o fuera de casa– tiene otra opción: ¡aprenda a controlar lo que ve y escucha!
Por supuesto, dormir es tan complejo y personal que no hay una cura universal para el insomnio. Sin embargo, este artículo repasa lo descubierto al probar una variedad de productos nuevos o recomendados por viajeros para controlar el sonido y la luz.
Con audífonos. Empecemos con el sonido, dadas las formas cada vez más creativas de manejarlo. Cuando la cabina de su avión es ruidosa, cuando la música golpea las paredes de su habitación de hotel o cuando simplemente usted no puede acallar su mente, los tapones de oídos simplemente no funcionarán.
Se supone que Airsleep , una nueva aplicación para los iPhones, iPods y iPads, le transporta al mundo de los sueños con el sonido de la lluvia, las olas y el viento junto con tecnología de “ondas cerebrales que conducen al sueño” que supuestamente altera sus patrones de ondas cerebrales para ayudarle a relajarse.
La aplicación añade música a la lluvia, las olas y el viento, lo cual muchas personas disfrutan. Yo no. Sin embargo, uno puede pagar 99 centavos de dólar para eliminar la música ambiental y modificar los tonos de “ondas cerebrales” usando una pestaña para “locos por el control” lo cual, siendo una de ellas, yo hice. Pero, al final, los sonidos de la naturaleza no fueron matizados o lo suficientemente agudizados para mi gusto. La aplicación es gratuita hasta el 31 de diciembre, así que puede probarla usted mismo. Viene con tres sonidos (día lluvioso, sueño en la playa y viento del desierto), y por 99 centavos de dólar se pueden comprar paquetes adicionales de tres.
Si, como yo, es usted un rigorista para los sonidos ambientales no adulterados – una grabación en vivo de una tormenta, por ejemplo – está la encantadora Homestead Thunder Storm de Mark Brennan (99 centavos de dólar para un MP3 u otro formato digital), la cual él capturó un día de verano mientras azotaba su casa en Nueva Escocia.
Brennan, un artista canadiense y autodescrito grabador de la naturaleza, tiene un puñado de estimulantes álbumes en Wildearthvoices.org incluido Ancient Forest ($12) y Atlantic Headland ($10).
Quienes gustan de quedarse dormidos con la televisión encendida podrían querer probar la aplicación Coffitivity para iPhones, Macs y iPads ($1.99). Esta app tiene tres tipos de barullo de cafetería (murmullo matutino, subtonos universitarios, reposo de la hora del almuerzo) y no está destinada a alentar el sueño.
Fue diseñada para fomentar la creatividad en el lugar de trabajo ofreciendo a los escuchas una mezcla de fondo de calma y caos generada típicamente por una cafetería (una idea inspirada por investigación sobre el ruido y la creatividad). Pero he encontrado que Coffitivity (se puede escuchar gratuitamente en Coffitivity.com) puede ayudar a bloquear a los ruidosos pasajeros de los aviones.
Cuando las tormentas eléctricas no me noquean, recurro a Andy Puddicombe, un ex monje budista a quien he entrevistado sobre la meditación en la vida cotidiana. El autor del libro “Get Some Headspace” (Haz un poco de espacio en tu cabeza), Puddicombe orece un podcast gratuito de 16 minutos para incitar a dormir (en su aplicación de meditación Headspace y a través de un enlace en Getsomeheadspace.com) durante el cual le habla a uno a través de una técnica de meditación encubierta.
Entonar la luz. Ahora hablemos de la luz. Los antifaces para dormir tienen una reputación terrible. En las películas y la televisión son los accesorios innecesarios de personajes indulgentes, pero los viajeros experimentados lo saben mejor. Yo estoy hablando de los antifaces oscuros y ceñidos, no los endebles retales que venden en farmacias.
Un amigo que viaja regularmente al extranjero tiene plena confianza en la marca Dream Essentials. Su antifaz “dulces sueños” con tapones de oídos y una bolsita cuesta $9.95 en Dreamessentials.com y Amazon.com.
A sugerencia de un colega, experimenté con un antifaz tecnológicamente mejorado, Glo to Sleep de Sound Oasis , una versión de hule espuma negra (29.99 dólares en Amazon) con pequeños “puntos de brillo” fotoluminiscentes en el interior. La compañía afirma que ver directamente a estos puntos ayuda a “desconectar la mente”.
Cuando le conté a una amiga que planeaba usar un antifaz para desconectar mi mente, ella espetó, pero yo decidí probarlos.
Expuse el interior del antifaz Glo to Sleep a una bombilla eléctrica por unos 30 segundos para activar los “puntos de brillo” antes de ajustar el antifaz alrededor de mi cabeza con sus tiras de Velcro.
Como dicen las instrucciones, mantuve los ojos abiertos dentro del antifaz, mirando ociosamente a dos conjuntos simétricos de pálidas manchas azules de luz.
Casi instantáneamente me trajeron a la mente la caja torácica de un esqueleto, lo cual subsecuentemente me hico pensar en dulces para Halloween. Todo eso estuvo bien. Pero antes de que pasara mucho tiempo me estaba preguntando: “¿Así se siente ser enterrado vivo?”
Me quité el antifaz. Para ser justos, rara vez tengo dificultad para caer dormida. Tengo dificultad para permanecer dormida. Quizá no soy el cliente ideal de Glo. Sin embargo, soy un cliente potencial para cualquier cosa que ofrezca una medida de privacidad, particularmente en un avión.
Poco sorprende entonces que me haya entusiasmado con la idea de comprar el Travel HoodiePillow , una almohada inflable para el cuello ($19.95) pegada a una capucha hecha de material de sudadera en rosa, negro, gris, rojo encendido o azul océano.
Se tiran de los cordeles y la almohada promete “encapullamiento” para sentirse a gusto.
Si me gusta, la usaré seguramente en color negro.