El ejercicio físico, además de mejorar la salud cardiovascular y evitar algunos tipos de cáncer ayuda a sobrellevar mejor el estrés y a calmar la ansiedad.
Durante años, los científicos discutieron el por qué de este rol sobre las tensiones y la ansiedad, pues la actividad física ayuda a la formación de nuevas neuronas en el hipocampo (zona cerebral encargada de la memoria y emociones) y esto debería más bien desembocar en mayor ansiedad dada la juventud de estas nuevas células.
Sin embargo, investigadores de la Universidad de Princenton en Estados Unidos encontraron el por qué, al menos en los ratones. La razón es que la actividad física también genera los mecanismos para proteger a estas neuronas de generar mayor estrés y ansiedad.
Según los investigadores, la ansiedad y el estrés son respuestas normales del cuerpo ante temores y preocupaciones, pero que en el caso del ejercicio, el cuerpo logra adaptarse sin problemas.
¿Cómo hicieron eso? Los científicos tomaron a 100 ratones y los dividieron en dos grupos. El primero tuvo acceso ilimitado a una rueda para correr y el otro no lo tuvo del todo. Ellos corrieron un máximo de cuatro kilómetros cada día.
Tras seis semanas de exposición, se les sometió a un estrés: fueron expuestos a agua helada.
Los científicos vieron que las neuronas relacionadas con la ansiedad se activaron en los ratones sedentarios, mientras que esto no ocurrió en quienes hacían ejercicio.
"Entender cómo el cerebro regula la ansiedad nos da pistas potenciales sobre cómo ayudar a personas con desórdenes de ansiedad. También nos dice cómo hace el cerebro para adaptarse a los diferentes cambios en el ambiente", dijo en un comunicado de prensa Elizabeth Gould, coordinadora del estudio.
Los investigadores señala que aunque deben realizarse pruebas en humanos para determinar el rol del ejercicio en los seres humanos, esto ya sugiere cómo el ejercicio regula el estrés y la ansiedad en las personas.