Ellas se preparan más con sus estudios y normalmente tienen más títulos universitarios que ellos. No obstante, al llegar al campo laboral, las cosas cambian: conseguir trabajo, un buen salario y puestos de decisión es más difícil para una mujer que para un hombre.
Estas son algunas de las conclusiones del primer Estado de los derechos de la mujer , presentado ayer por el Instituto Nacional de la Mujer (Inamu).
El informe sistematiza datos de más de 15 años sobre 80 distintos indicadores; además, incluye una encuesta realizada a más de 1.000 personas sobre percepción de los derechos de la mujer y estudios cuantitativos y cualitativos realizados por la institución y por organizaciones que luchan por los derechos de la mujer.
“La situación laboral ha cambiado, la tasa de participación de las mujeres ha crecido y algunas condiciones de trabajo ahora son más justas que hace unos años”, comentó Lorena Camacho, una de las investigadoras.
“Sin embargo, hay desigualdad de salarios cada vez mayores, y persisten diferencias de oportunidades en puestos de decisión y de acceso al trabajo”, añadió.
La situación salarial está entre lo que más preocupa a las investigadoras.
“Por ejemplo, a partir de 1999 la tendencia es hacia un deterioro de las condiciones salariales de las mujeres pues la diferencia es cada vez más significativa: para el 2007 las mujeres ganan el 83,9%, y en el 2008 reciben el 84,8% de lo que recibe un hombre por un trabajo de igual valor o equivalente; en el 2010 baja a un 83,4%”, cita el informe.
Tras las soluciones. Para Maureen Clarke, ministra de la Condición de la Mujer, aún queda trabajo por hacer, pero ya hay personas preocupadas para buscar soluciones.
“Se ha avanzado mucho en igualdad formal, tenemos políticas y un marco jurídico, pero esta igualdad no es aún real. Ya hay partes del sector privado que se están preocupando por visibilizar mejor a la mujer en las empresas. Todavía falta mucho por hacer, pero se ha ido avanzando”, reiteró.
Clarke hizo énfasis en los avances con la Red de Cuido, dado que las mujeres no solo deben preocuparse por el campo laboral debido a que siguen siendo quienes llevan la carga del hogar y los hijos.