La frecuencia del Alzheimer, una enfermedad cerebral incurable que afecta sobre todo a las personas mayores, podría ser menor de lo previsto, y su riesgo se reduciría si se retrasa la jubilación, revelan estudios.
Específicamente, el estudio, que se realizó con 429.000 personas, concluyó que cada año adicional de trabajo después de cumplir los 60 años reduciría casi un 3% el riesgo de padecer esa enfermedad cerebral irreversible y progresiva, que destruye paulatinamente la memoria y las habilidades cognitivas.
Mejor aún, los mayores de 90 años estarían incluso más alerta mentalmente que los nonagenarios de hace 10 años, indica un estudio.
Anteriores investigaciones epidemiológicas demostraron que personas que tienen un nivel alto de estudios o actividades estimulantes en el plano cognitivo tienen menos riesgo de desarrollar la enfermedad del Alzheimer.
"La hipótesis evocada con más frecuencia es que los estímulos (intelectuales) contribuirían a preservar la reserva cognitiva, retrasando así las consecuencias clínicas de anomalías cerebrales", explicó Carole Dufouil, quien dirigió el estudio del Instituto francés de la Salud y la Investigación Médica (Inserm).
Más allá de la estimulación cognitiva, la actividad profesional permite mantener una red social, factor también asociado por ciertos estudios a "un menor riesgo de demencia", señaló la investigadora.
Menos enfermos. Los investigadores, dirigidos por la doctora Carol Brayne del Instituto de Salud Pública de la Universidad de Cambridge, vieron que el porcentaje de personas de 65 años o mayores que padecen Alzheimer habría bajado en Gran Bretaña casi un 25% en un lapso de 20 años, pasando de 8,3% a 6,5%.
La noticia es tanto más importante cuanto que va en contra de una serie de proyecciones actuales: la mayoría de gobiernos europeos se dispone a elaborar programas específicos contra el Alzheimer que se basan en proyecciones que sugieren una fuerte alza del número de enfermos.