El País de Uruguay. GDA Científicos estadounidenses y canadienses hallaron, a 489 metros bajo tierra, bacterias resistentes a antibióticos.
¿Cómo pudieron volverse resistentes si viven aisladas? La respuesta podría ser la llave para crear nuevos antibióticos.
Aún más importante, podría ser la clave para la cura de infecciones graves causadas por microorganismos que se han vuelto tan fuertes que prácticamente no hay fármacos que puedan combatirlos.
Entre los centros de investigación líderes detrás de este fenómeno se encuentran la Universidad McMaster (Canadá) y la Universidad de Akron (Estados Unidos).
Técnicos de ambos centros descendieron 489 metros bajo tierra hasta llegar a lo profundo de la cueva Lechuguilla, una conformación rocosa en Nuevo México, EE. UU.
Ellos buscaban estudiar las características de los microorganismos que la habitaban. Se encontraron con una sorpresa: decenas de bacterias multirresistentes. La investigación fue publicada en la revista PLoS ONE .
Gerry Wright, director del Instituto de Enfermedades Infecciosas de la Universidad McMaster, dijo que el hallazgo podría tener un gran impacto a nivel clínico.
“Este estudio sugiere que hay decenas de antibióticos presentes en el ambiente que podrían ser descubiertos y utilizados para tratar infecciones que hoy resultan incurables”, comentó.
Los antibióticos son sustancias químicas producidas por un ser vivo (o derivados sintéticos), que matan o impiden el crecimiento de ciertos microorganismos.
Si las bacterias halladas nunca estuvieron en contacto con un ambiente hospitalario ni con grandes grupos de seres humanos, quizá hayan desarrollado su resistencia ante antibióticos presentes en la cueva que aún no se han descubierto.
“Pensamos que es una posibilidad grandiosa y vamos a explorarla”, agregó.
Las bacterias halladas por los técnicos no resultaron capaces de causar enfermedades humanas pero todas fueron resistentes ante, al menos, un antibiótico. Algunas lo eran ante 14 diferentes.
Más allá de las oportunidades que el hallazgo ofrece a nivel clínico, el trabajo prueba que el ser resistentes a los antibióticos es algo intrínseco en las bacterias.